Uno de los adjetivos más recurrentes para describir su trabajo es “perturbador”, ¿le gusta esa palabra?Creo que me siento cómodo con la idea de que mi trabajo resulte incómodo para otros. Al sacar a las personas de sensaciones aceptadas se detendrán a pensar en lo que están viendo. Luego ya habrá a quien le guste y a quien le moleste lo que ve.¿Por qué cree que sus imágenes se han vuelto tan populares?Me gusta trabajar con la iconografía, usar imágenes de la vida cotidiana y sacarlas de contexto. Imagino que las personas ven un reflejo de ellas mismas en mis imágenes, aunque sea un reflejo distorsionado.Muchos lo critican por ser demasiado explícito…Para mí mis ilustraciones no son tan duras. Hay gente que mide mi trabajo según su moralidad, sin tener en cuenta que no todo el mundo pone el listón de lo que es moral, desagradable o molesto a la misma altura. En algunos de mis dibujos catalogados de crítica realmente no la hay. En muchos casos solo interpreto una realidad y los ojos de la gente hacen el trabajo crítico.¿Cómo define la libertad de expresión?Con una frase que no es mía: “Libertad de expresión no es poder decir lo que quieres, es poder decir lo que quieres sin sufrir represalias por ello”.¿Existe?Claramente no hay libertad de expresión, sobre todo si tienes un pensamiento que no sigue la corriente de lo políticamente correcto que hoy impera.Pero ¿no cree que este es un mundo más libre gracias a internet?Internet es un espejismo que nos hace creer que ahora hay más libertad de expresión, cuando es lo contrario. Hay más canales para expresarte, pero la gente que censura también tiene más medios para hacerlo.¿Ha sido censurado?Muchas veces, en todas las redes sociales en que he enseñado mi trabajo. Tengo bastante gente que odia lo que hago, pero me siguen y denuncian prácticamente todos mis dibujos. Cuando mucha gente te denuncia, las redes sociales prefieren curarse en salud y eliminar la imagen.¿Ha sido atacado por lo que hace? Recibo ataques prácticamente cada semana. Normalmente en forma de insultos en las redes sociales. Uno de los peores fue un acoso orquestado durante una semana con mensajes amenazadores e insultos cada minuto. Fuera de internet también he tenido censura, incluso una de mis modelos perdió el trabajo cuando descubrieron que posaba para mis dibujos.Hay algunas imágenes suyas relacionadas con Colombia… ¿Cómo llegó a ellas?Llegué a Colombia a través de gente que seguía mi trabajo desde allí. Los dibujos salieron de las conversaciones que tuve con ellos. Más adelante ya tuve la oportunidad de viajar al país y pasar allí un mes.¿Cómo llegó a su estilo actual?Después de una crisis personal cuando tenía 27 años. Dejé de dibujar durante más de un año y empecé a hacerme la pregunta de qué clase de artista quería ser. Ya no me valía solo vivir de esto, sino que mi trabajo debía tener un sentido personal. Tardé casi dos años en enseñarle mis dibujos a alguien y más tiempo aún en subirlos a internet. Era una necesidad personal sacarme estas imágenes de la cabeza y ponerlas en papel. Intento seguir trabajando de la misma manera, financiándome yo mismo con otros proyectos para que nadie pueda incidir en lo que hago.