SEMANA: ¿Cuál es el panorama de las muertes asociadas a la desnutrición en el país? Juliana Pungiluppi: Para hablar de la situación actual debemos retroceder un poco. Cuando llegamos a la institución, encontramos una tendencia creciente de muertes asociadas a la desnutrición, y un incremento en la población que debíamos atender por la ola migratoria venezolana. En 2018 hubo 309 muertes de niñas y niños asociadas a desnutrición. Esta cifra representó un incremento del 37 por ciento frente a 2017. Son muertes prevenibles, por lo que hacerlo se convirtió en una prioridad. Hemos logrado disminuir en un 16 por ciento la mortalidad infantil asociada a la desnutrición. Esto lo hicimos mediante el plan Ni1+, que consiste en buscar niños y niñas menores de 5 años con desnutrición o en riesgo de padecerla para atenderlos. Priorizamos siete departamentos, como La Guajira y Chocó, en donde la reducción superó el 40 por ciento. SEMANA: ¿Cómo lo lograron? J.P.: El Gobierno nacional se la jugó por el trabajo articulado. Lo hicimos en conjunto con entidades del orden nacional como el Ministerio de Salud, y contamos con el apoyo de la primera dama, María Juliana Ruiz. Gracias al plan Ni1+, pusimos en marcha 15 unidades de búsqueda activa para que buscaran niños y niñas con desnutrición o en peligro de estarlo. Con la Fórmula Terapéutica Lista para el Consumo en hospitales y centros de salud realizada por el Ministerio de Salud, fortalecimos las capacidades de estos centros y pusimos a funcionar cuatro nuevos Centros de Recuperación Nutricional.

SEMANA: ¿Qué tanta influencia tuvo la migración venezolana en las muertes asociadas a la desnutrición? J.P.: Yo le daría la vuelta a la pregunta. A pesar del crecimiento de la población de niños y niñas menores de 5 años venezolanos, logramos reducir la mortalidad infantil por desnutrición en el país. A Colombia han llegado 80.000 infantes de este rango etario, 20.000 de ellos en 2019. Si tenemos en cuenta que, de acuerdo con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el 54 por ciento de los hogares de migrantes venezolanos tienen inseguridad alimentaria, los decesos por esta causa podrían haber aumentado. Pero no sucedió. Al contrario, también en esta población los casos disminuyeron 40 en 2018 a 30. Y eso se debe a que les brindamos atención a 89.153 niñas y niños menores de 5 años, de los cuales 1.536 recibieron atención en temas de nutrición. Un incremento sustancial frente a los 58.150 infantes que atendimos en 2018. SEMANA: ¿Cuáles son las metas para 2020? J.P.: La meta principal es disminuir aún más las cifras. Queremos reducirlas hasta un 5 por ciento anual, pero esperamos ir mucho más allá. Para lograrlo, ampliaremos la presencia de las Unidades de Búsqueda Activa en Magdalena, Meta, Nariño y Arauca. Esto nos permitirá llevar servicios a lugares alejados de la oferta regular del Estado. De igual manera, ampliaremos los cupos de la estrategia 1.000 días para cambiar el mundo, con la que este año logramos que el 89 por ciento de los 24.750 menores de edad atendidos mejoraran su estado nutricional.