SEMANA: ¿Por qué es importante la presencialidad?
Hernando Parra: La educación es un proceso humano que exige presencialidad, la virtualidad puede darse, pero no nació con la pandemia. La virtualidad nos permite comunicarnos, pero una verdadera formación en valores, habilidades, competencias y conocimientos se logra con la presencialidad. Se puede complementar con los elementos de tecnología, pero el encuentro profesor-estudiante resulta fundamental en la formación de cualquier ser humano.
SEMANA: Muchos docentes ya están incómodos porque le están hablando a una pantalla, nadie prende las cámaras…
H.P.: Lo que estaba sucediendo también, con la excepción de la presencialidad, era una desconexión entre profesores y estudiantes porque tenían derecho a no prender su pantalla; el profesor buscaba mecanismos para hacerlo, llamándolo, solicitando su intervención. Sin embargo, no siempre es posible. La educación presencial busca que el estudiante se conecte con la esencia de la educación, con el pensamiento del profesor.
SEMANA: La Universidad Externado tomó la decisión de volver. ¿Cómo les fue?
H.P.: Muy bien, fue un día extraordinario. Tuvimos a nuestros alumnos de primer semestre en el campus de la universidad y los recibimos con una fiesta, los recibimos con alegría, entusiasmo, y pudimos observar en ellos ese amor por estar en su campus. Pero no solamente la alegría la apreciamos en nuestros estudiantes, lo vimos en la comunidad que rodea a la universidad; por ejemplo, los tenderos, las personas que tienen fotocopiadoras cerca a la universidad se expresaron con emoción cuando les anunciamos a todos los vecinos del barrio Egipto y de la Candelaria la apertura nuevamente.
SEMANA: Ahí viene la reactivación para quien trabaja con las fotocopias, restaurantes, un café y quien vende cerveza, pues a un estudiante le gusta terminar clases e ir a tomar una cervecita...
H.P.: Es que la vida estudiantil es de muchas experiencias y esa que usted menciona es una de ellas. Los estudiantes necesitaban encontrarse con sus congéneres, pero hay algo más: nuestros estudiantes que ingresaron en agosto de 2020, enero de 2021 y agosto de 2021 no se conocían, nunca habían estado en la universidad.
SEMANA: ¿Por qué la educación se dejó para lo último?
H.P.: Hasta las salas de cine ya están con el aforo copado. No nos dimos cuenta de que les estábamos haciendo un daño a esos estudiantes porque los alejamos del verdadero proceso de formación que brinda la presencialidad. Fuimos de los países del mundo que tuvimos las aulas cerradas por más tiempo y eso va a tener un efecto negativo. Bajaron las capacidades cognitivas, así como se perdieron algunas habilidades que tenemos que recuperar muy rápidamente.
SEMANA: Hay padres que dicen: “Es mejor que mi hijo se quede en casa y haga sus estudios a través de un computador”. ¿Cuáles son los riesgos que puede tener un estudiante si continúa en la virtualidad?
H.P.: Estos estudiantes que están llegando por primera vez a las aulas de clase van a encontrar algunas falencias en su formación, que deben ser llenadas en estos espacios universitarios al inicio de esta nueva etapa. Cada quien es dueño de su propio miedo. La universidad no puede obligar a nadie, ni a los estudiantes ni a los padres de familia, pero tiene que ser también sincera y clara. Esta es una situación que nos correspondió vivir a todos y como tal tenemos que buscar la forma de superarla porque la pandemia va a transformarse en endemia y va a quedar ahí. Los llamo a que piensen si dejarlos en casa no está produciendo mayor daño en el proceso de formación de sus hijos y los está alejando de una realidad.
SEMANA: ¿No cabe la posibilidad, por ejemplo, de que las universidades incentiven la vacunación?
H.P.: La alcaldesa de Bogotá nos reunió a los rectores y se comprometió a hacerlo. De hecho, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Educación nos han apoyado muchísimo, y en el Externado ya hemos tenido seis jornadas de vacunación y tendremos una próxima el 25 de enero en nuestro campus principal.
SEMANA: El 24 de enero es el Día Internacional de la Educación. ¿Cómo está Colombia en esta materia?
H.P.: Si algo nos dejó la pandemia de manera positiva es que tenemos que pensar de otra manera y transformarnos rápidamente. Los educadores debemos pensar en las generaciones que vienen para que tengan una educación mucho más propositiva, pero mucho más pertinente, que los forme en competencias, habilidades de conocimientos, pensamiento, pero también en habilidades de vida. Una educación para que estos estudiantes puedan conseguir un empleo o iniciar un emprendimiento. Estamos llamados a que nuestros programas se actualicen, e incorporen todos los campos e instrumentos de tecnología, formación en el área de sistemas, inteligencia artificial y también de formación en valores. Si seguimos enseñando como antes, les estamos quitando una oportunidad a nuestros estudiantes para el futuro. La educación tiene que evaluarse permanentemente y eso es lo que tenemos que hacer. De lo contrario, estamos formando estudiantes que no van a encontrar una oportunidad de empleo, que no van a poder desarrollarse en un campo social, moderno y novedoso, y no van a poder enfrentar la velocidad con que la ciencia y la tecnología avanzan.