El papá de Guido Nule Marino, involucrado en el carrusel de la contratación de Bogotá, nunca quiso ser político, pero esa actividad siempre lo persiguió. El país recuerda a Guido Nule Amín como ministro en 1992, durante el gobierno de César Gaviria, primero en la cartera de Comunicaciones y meses después en la de Minas y Energía. En los dos cargos fue un funcionario destacado y la modernización que llevó a cabo en la cartera de Minas fue de gran relevancia para el sector. Amante del vallenato, de la salsa, del Junior de Barranquilla y trabajador incansable, nació en Tolú (Sucre). Estudio Economía en la Universidad del Atlántico y luego hizo una especialización en Banca y Desarrollo en Estados Unidos. Nule Amín desarrolló también una larga trayectoria en el sector privado: fue vicepresidente de Cervecería Águila, presidente de las empresas Promigás y Terpel del Norte, director de Fundesarrollo y gerente general de Transelca. En 2003, designado por el Partido Liberal, se lanzó a la Alcaldía de Barranquilla, pero fue derrotado. En la actualidad, hace parte de varias juntas directivas en la costa caribe. El escándalo que tiene en vilo a su familia lo está haciendo atravesar el momento más difícil de su vida y le ha dado a su apellido un protagonismo que nunca hubiese deseado tener.