En momentos en que Colombia se prepara para que las Farc liberen a otros secuestrados, los nombres del profesor Gustavo Moncayo y de su hijo, el cabo Pablo Emilio Moncayo, vuelven a la memoria. No hay duda de que desde el 30 de marzo de 2010, cuando el profesor Moncayo vio a su hijo de nuevo en libertad, la vida de los Moncayo cambió. ‘El Caminante por la Paz’, como se conoció al profesor, puede ahora disfrutar de la certeza de que al llamar a su hijo al celular siempre le pedirá “la bendición, papá”. Sin embargo, después de la liberación de Pablo Emilio siguieron los momentos difíciles para la familia. Han sido víctimas de amenazas y seguimientos e incluso de un intento de secuestro que el profesor denunció en octubre de 2010. Su mayor anhelo, que era recuperar el tiempo que perdió con su hijo durante los 12 años de su cautiverio, no se ha podido cumplir, pues Pablo Emilio estuvo cuatro meses en Italia. Viajó no solo para estudiar, sino para evadir amenazas. Actualmente, los Moncayo residen en Bogotá y se protegen con dos chalecos antibalas que les dio el Ministerio del Interior y que, en palabras del caminante, son un “cuento pastuso, pues de nada sirve andar en la calle con un chaleco si no tienes un carro para movilizarte”. Por ahora, entre los planes del profesor Moncayo está seguir buscando apoyo internacional para lograr la liberación de los secuestrados y una salida negociada al conflicto. Por eso, en los próximos días se reunirá en Francia e Italia con organizaciones de esos países. Mientras tanto, Pablo Emilio se mantiene en servicio activo en el Ejército. Sobre las posibles liberaciones de esta semana, Gustavo Moncayo no oculta su alegría, sobre todo porque sabe el sosiego que siente un deudo al tener a su ser querido de nuevo libre y en casa.