SEMANA: Hay quienes dicen que este triunfo de Gustavo Petro es suyo y que fue el primero en subirse al bus. ¿Es así?
Armando Benedetti: Primero que todo, la frase de montarme al bus no cabe porque cuando llegué no había ningún bus. Segundo, yo siempre dije que Petro tenía un gran carisma y una fuerza, así que lo único que había que buscar era organizar esa fuerza. Desde el primer día hasta el día de hoy, dije que la única función que yo podía cumplir era organizar todo.
SEMANA: Entonces, usted lo que hizo fue organizar ese bus...
A.B.: (Risas) Lo que hicimos fue construir ese bus.
SEMANA: Gustavo Petro es un líder innato, pero usted articuló esa campaña. ¿Cómo fue ese trabajo que adelantó?
A.B.: No me cansaré de repetir que él es una persona muy inteligente, un líder natural con un carisma bastante grande. La falla, que no era de él, sino de la sociedad, era que nunca lo habían escuchado y esta vez logramos que lo escucharan. A Petro lo tenían bajo el cliché del castrochavismo y un poco de inventos que se desvirtuaron. Buscamos que lo escucharan y lo logramos. Ese fue otro acierto.
SEMANA: Pero ¿cómo logra acercarlo a la ciudadanía, a las regiones, a los empresarios y a los medios de comunicación?
A.B.: El trabajo consistió en que lo conocieran de verdad. Desde hace cuatro años las ideas de él están intactas. Era mostrarle a la sociedad quién era él.
SEMANA: Se convirtió en la mano derecha de Gustavo Petro, articuló la campaña y trabajó con mucha gente. ¿Fue un trabajo difícil?
A.B.: Al principio fue difícil que las personas que ya estaban con Petro aceptaran que llegaran otras nuevas para ganar. Eso sí, sin nada a cambio. Solamente con estrategias, como se ganan las campañas en todo el mundo, eso fue lo que se buscó y por eso me gané su amistad, confianza y cariño.
SEMANA: ¿En algún momento de la campaña se llegó a pensar que Gustavo Petro perdería?
A.B.: No, yo que soy una persona bastante emocional nunca estuve nervioso. Nunca se me pasó por la cabeza que fuera a perder.
SEMANA: Hay un trino de Álvaro Uribe en el que le envía este mensaje a Gustavo Petro: “Para defender la democracia es menester acatarla, Gustavo Petro es el presidente, que nos guíe un sentimiento, primero Colombia”. ¿Cómo se puede interpretar?
A.B.: Me parece un mensaje muy optimista. Lo recibo con toda la felicidad y yo creería, a título personal, que con el primero que hay que salir a hablar es con él. El acuerdo nacional pasa por las manos de Álvaro Uribe.
SEMANA: Si llega a haber un acuerdo nacional con Álvaro Uribe, ¿realmente se puede hablar de reconciliación en Colombia?
A.B.: Es que, más allá de reconciliación, es lo que acaba de decir el nuevo presidente, es un pacto sobre lo fundamental, y lo que dice el expresidente Uribe de pensar primero en Colombia, pues si los dos están de acuerdo la reconciliación vendrá sola.
SEMANA: ¿Qué les dice a los 10 millones de colombianos que votaron por Rodolfo Hernández?
A.B.: El voto que se dio por Rodolfo Hernández no es de él, esto es un voto del antipetrismo, fueron personas que no alcanzaron a escuchar a Petro. Pero ahora que es presidente de todos los colombianos sabrán las bondades que él tiene y que habrá favorabilidad para todos.
SEMANA: ¿Les puede decir que estén tranquilos con Gustavo Petro?
A.B.: Él será el presidente de todos los colombianos, de esto pueden tener toda la seguridad.
SEMANA: ¿Cuál es el papel que usted va a jugar en el Gobierno del presidente electo Gustavo Petro?
A.B.: No sé, llegó el momento en que ya no importa lo que yo quiera hacer. Vamos a ver lo que él quiere que yo haga.
SEMANA: ¿Pero cabe la posibilidad de que usted esté en el gabinete?
A.B.: Cabe cualquier posibilidad, pero debe ser dentro de las posibilidades de él. Ya perdí esa libertad de decidir.
SEMANA: Entonces, ¿será un soldado y lo que diga Gustavo Petro?
A.B.: (Risas) Me gusta más la palabra alfil.