El anuncio de la dimisión de Benedicto XVI (28 de febrero de 2013) tomó por sorpresa a los fieles de la Iglesia católica y a los 117 cardenales que debían elegir a su sucesor. Habitualmente, los cónclaves para elegir al papa son bastante extensos, pero en este caso todo fue diferente porque no hubo tiempo para repetir la historia de elección de otros pontífices.
De paso, Benedicto XVI, que murió el 31 de diciembre de 2022, se convirtió en el primer papa en renunciar en 598 años de historia, pues habitualmente el pontificado se extiende hasta el momento del fallecimiento.
La dimisión se dio por temas médicos, pero también por una serie de escándalos en la Iglesia católica, como el llamado Vatileaks en 2012, que dejó al descubierto una red de corrupción en el Vaticano y, además, por los casos de abuso sexual a menores cometidos por religiosos en varios países del mundo.
Como la renuncia se anunció el 11 de febrero, los cardenales tuvieron tiempo suficiente para enterarse de que casi todos los escándalos estaban relacionados con italianos y, por eso, el más fuerte candidato quedó descartado y se empezó a abrir paso Bergoglio.
Sin embargo, el argentino nunca fue la opción para ser el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano y hasta su elección resultó ser sorpresiva. Nació en el barrio de Flores, Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936; sus padres, Mario Bergoglio y Regina Sivori, siempre lo apoyaron en el camino del celibato y desde 2013 se convirtió en el primer pontífice (jesuita) no europeo de la era moderna. Por supuesto, en Argentina sienten un total orgullo de que haya llegado al Vaticano y más cuando es un amante del fútbol.
Aunque nadie apostaba que sería elegido, hay varios datos clave revelados en el libro del periodista irlandés Gerard O’Connell, amigo personal del papa Francisco, quien destapó todo lo que pasó.
La nacionalidad ayudó
Por los escándalos de la Iglesia, los cardenales buscaban a alguien que fuera líder en América Latina y todos los cardenales hablaron bien de él. La balanza se inclinó porque la mayoría de los católicos viven en el continente y hablan español.
Un papa sin campaña
Bergoglio no tuvo a nadie que lo impulsara. Su labor como arzobispo de Buenos Aires mostró su trabajo en la Iglesia católica y su nombre fue surgiendo poco a poco. Él nunca pensó que sería el nuevo papa.
Italianos se dividieron
Los cardenales de este país (28) se dividieron y la mayoría se opuso a la elección de Scola, lo que significaba que el gran favorito quedó sin respaldo. Muchos lo relacionaron con Benedicto XVI, por lo que no querían más de lo mismo. Eso ayudó a Bergoglio.
Los favoritos
Cuando se inició el cónclave, los favoritos eran el italiano Angelo Scola, el canadiense Marc Ouellet –quien renunció en 2023 tras acusaciones de agresiones sexuales– y el brasileño Odilo Scherer. Ninguno de los tres inspiró a los cardenales y Bergoglio empezó a surgir.
Ama el fútbol
“El fútbol es el deporte más bello del mundo”, ha dicho Francisco en varias instancias. Aunque es un coleccionista de camisetas de equipos, incluida la de la selección Colombia, su corazón está con el San Lorenzo de Almagro.
Visita a Colombia
El papa Francisco llegó al país el 6 de septiembre de 2017 y estuvo en Bogotá, Villavicencio y Cartagena, trayendo mensajes de paz y reconciliación.
Milagro incompleto
El sumo pontífice logró sentar en un mismo espacio a Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos (16 de diciembre de 2016), en una reunión de 50 minutos en el Vaticano. Eso sí, no logró zanjar las diferencias entre los expresidentes de Colombia.
Reunión definitiva
El periodista irlandés reveló que antes del 13 de marzo hubo una reunión de varios cardenales en el apartamento del cardenal Attilio Nicora, y allí se decidió que Bergoglio era el que debería asumir el pontificado.
Fake news
Aunque pareza increíble, después de la tercera votación en la que Bergoglio tomaba fuerza, hubo oposición a su nombre por su estilo de vida y se habló de una serie de noticias falsas sobre él, pero nunca hicieron efecto.