SEMANA: ¿Qué tanto ganó o perdió Colombia al no aprobarse en último debate el proyecto de acto legislativo para uso de cannabis en adultos?
Fabio Villa: Hace 14 años, en 2009, Colombia tomó la decisión, modificando la Constitución, de hacer una prohibición general. Este acto legislativo que se hundió recuperaba el espíritu original de la Constitución, que se ha expresado, además, en sentencias de la Corte Constitucional. Regular o legalizar no es liberalizar, o que todo el mundo ahora podía consumir. Legalizar es someter al arbitrio de la ley. Quien ha tomado las cartas para, de alguna manera, regular ha sido la Corte, que ha dejado las cosas claras: la marihuana no la pueden consumir niños ni se puede hacer en parques y espacios públicos. Si usted lo hace, tiene que ser un consumo mínimo. La corte ha hecho la tarea. Y se esperaba que el Congreso legalizara para someter este tema a la ley.
SEMANA: Los detractores dicen que este proyecto abría la puerta para que proliferara el consumo en el país.
F.V.: Estamos hablando de dos cosas distintas: la medicina, que es para lo que se puede usar el cannabis, y que ya está aprobado y legalizado en muchos países y en 30 estados de los 55 que tiene Estados Unidos. Y, por el otro lado, estaba el tema de la discusión del acto legislativo. El cannabis recreativo para adultos de todas maneras tiene una serie de restricciones. Se trataba de hacer una reglamentación sobre el artículo de la Constitución que permite esas libertades. Eso en algún momento hay que reglamentarlo para que se determine exactamente cómo se produce, cómo se distribuye, cómo se comercializa y de qué cannabis se está hablando. En otras palabras, qué es lo que se permite legalmente producir, distribuir y consumir.
SEMANA: De todos modos, sigue siendo una contradicción que a un colombiano se le diga que puede consumir una dosis mínima, pero que es ilegal comprar marihuana.
F.V.: Totalmente. En Colombia es legal consumir hasta cierta cantidad y es legal cultivar hasta cierta cantidad, hasta 20 matas de marihuana. Pero el que no cultiva le toca ir a la ilegalidad y esta no solo le ofrece la sustancia, sino que, además, lo mete en ese mundo clandestino, ilegal, que casi siempre está rodeado de delincuencia. No es que el consumidor sea un delincuente, pero para poder consumir se tiene que relacionar con personas que están violando la ley.
SEMANA: Pero ¿no cree que es muy delgada la línea que separa el consumo recreativo del medicinal?
F.V.: Hay que saber distinguir: hay quienes la usan para fines recreativos y se la autoindican. La propia persona decide usarla. Pero, para fines medicinales, se trata de un cannabis modificado en su composición, tiene más cannabidiol y menos tetrahidrocannabinol. Es decir, produce efectos curativos y no efectos alucinantes.
SEMANA: No obstante, ese cannabis también puede provocar adicción.
F.V.: Sí, puede generarlo si el médico no lo prescribe adecuadamente, porque solo se debe administrar con prescripción médica.
SEMANA: Eso es lo que genera dudas. ¿Cómo garantizar que esa prescripción sea adecuada?
F.V.: El médico tiene que evaluar la enfermedad de la persona. Si es cáncer, VIH sida, alzhéimer, párkinson, enfermedad reumatoide. En esos casos, el cannabis es una droga complementaria o supletoria cuando otros tratamientos definitivamente no funcionan. Pero, claramente, eso lo debe recetar un médico y especificar la cantidad exacta. Es que en el caso del cannabis son fórmulas magistrales, es decir, se diseñan para cada persona. Eso lo hace un químico farmacéutico. La gente cree que el cannabis es la pomada que venden en la calle. O que estamos recomendando que muelan marihuana, la pongan en una olla y se tome una infusión. De eso no se trata, hay que dejar de temerle al cannabis.
SEMANA: ¿Qué tan preparado está el sistema de salud colombiano para recetar cannabis?
F.V.: Tenemos que educarnos. La medicina occidental ha sido conductista, no acepta otros saberes, como la medicina oriental o ancestral o la que se hace con plantas como cannabis, cuando ya hay pruebas que validan su uso. Formar a los médicos en estos saberes es uno de los retos más grandes para las universidades. Es importante que se abra un debate con la academia sobre el uso del cannabis como medicina complementaria y el estudio del sistema humano endocannabinoide.