A mediados de mayo de 1984, el país era testigo de la ‘cruzada relámpago’ que el presidente Belisario Betancur adelantaba contra el narcotráfico tras el asesinato del su ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. Las autoridades avanzaban en la investigación para determinar la identidad del autor intelectual y SEMANA dedicó su portada a este avance en el caso. Aunque en principio todo apuntaba a Pablo Escobar, dos nuevas hipótesis aparecieron pronto. Mientras la primera planteaba que un mafioso antioqueño “de peso mediano” habría maquinado el plan, la segunda apuntaba a Carlos Lehder como el gran cerebro de la operación. Entre estas versiones, el gobierno consideraba más probable la de Lehder y en el bajo mundo del sicariato la opción del “narcotraficante mediano” era casi definitiva. Sin embargo, tres décadas después del asesinato, familiares y amigos aún reclaman una justicia que nunca llegó, a pesar de que todo apunta a que el cartel de Medellín, por decisión de Pablo Escobar, decidió acabar con la vida del ministro Lara.