SEMANA: Una de las conclusiones de este estudio es que hay 59 muertes asociadas al vapeo en Colombia. ¿Cómo se llegó a esa conclusión?
Álvaro Javier Idrovo: Lo que hicimos fue, en el caso de los enfermos y de los muertos en el país a causa del vapeo, utilizar unos datos que se llaman Rips, que se generan todos los días, a partir de la atención médica que tenemos cuando vamos a servicios de salud en Colombia. Fueron los propios médicos los que registraron los 245 casos y las 59 muertes asociadas al vapeo que consignamos en el estudio. Por primera vez en el país se tiene registro, convincente, de que sí hay enfermedad asociada al vapeo en Colombia.
SEMANA: ¿En qué consiste esa enfermedad?
A.I.: En la Clasificación Internacional de Enfermedades de 2020 se incluyó una nueva categoría, que es precisamente la enfermedad respiratoria asociada al vapeo, y hace referencia a diferentes niveles de daño del pulmón, desde no muy severo a bastante severo, que puede, en algunos casos, causar incluso la muerte.
SEMANA: ¿Por qué es tan peligroso el vapeo para la salud?
A.I.: El vapeo incorpora una muy amplia variedad de sustancias. Algunas veces tiene nicotina, como la traen los cigarrillos. Pero lo peligroso, precisamente, es que no existe claridad sobre cuáles son esos componentes exactamente. Colombia no tiene un control real en el sentido de que se especifiquen los componentes de estos productos en los empaques. Lo que hemos podido verificar en algunas aproximaciones de otros estudios que estamos adelantando es que suelen mezclarse con otros tipos de sustancias peligrosas, incluyendo sustancias adictivas como la marihuana.
SEMANA: En cuánto a edades, ¿cuál fue el principal hallazgo frente al uso de vapeadores en Colombia?
A.I.: Hallamos que estos dispositivos tienen un consumo importante entre jóvenes y adultos jóvenes. Hombres, especialmente, y de clases económicas altas porque estos dispositivos son más caros que el cigarrillo convencional. Lo que preocupa es que estos productos llegan al mercado de formas muy llamativas, con colores y detalles variados, algunos hasta con olores y sabores, por eso llaman más la atención entre los jóvenes, y ellos acceden sin control porque Colombia no tiene una legislación sobre el mercadeo y venta de los vapeadores que advierta con detalle qué es lo que realmente está consumiendo una persona que se lleve a la boca un vapeador.
SEMANA: ¿Qué ha faltado para que Colombia tenga una legislación más estricta?
A.I.: Los que trabajamos en esta área sabemos que se está repitiendo una historia: durante el combate del tabaquismo, a mediados del siglo pasado, cuando se empezó a consumir de manera masiva el cigarrillo, se daban este tipo de discusiones. Las empresas productoras de tabaco mentían deliberadamente sobre los efectos de ese producto, con los mismos argumentos que usan los defensores del vapeo ahora: que los estudios de nosotros, los científicos, no son reales. Pero ya existen muchos estudios en el mundo que demuestran que los vapeadores son un veneno y eso está en la literatura científica mundial. Nosotros solo quisimos aportar con datos colombianos.
SEMANA: ¿Qué tan cierta es la tesis de que los vapeadores les sirven a las personas que desean dejar el cigarrillo tradicional?
A.I.: A quien desee dejar el cigarrillo o el tabaquismo le diría que existe en la literatura científica mucha información, con probados resultados, sobre tratamientos psicológicos y psiquiátricos, apoyados por toxicología, que funcionan muy bien para dejar de fumar. Cambiar un producto por otro realmente es problemático. Los vapeadores son productos nuevos que podrían tener menos efectos que el tabaco, pero de ninguna forma es inocuo. Quien quiera dejar de fumar ya cuenta con terapias que no tienen nada que ver con el consumo o la adicción a otra sustancia.
SEMANA: Los críticos de este estudio aseguran que las cifras de muertes no son ciertas. ¿Qué les responde?
A.I.: Estamos mirando los primeros indicios de una situación en el país que han negado quienes usan vapeadores: que estos no hacían daño a la salud. Y lo que se está evidenciando es que sí hay daño, sí hay muertes. El estudio, como cualquier otro en estas áreas complejas de la salud, es siempre incompleto, pero para este se analizaron bases de datos que ya existían, además de una encuesta de sustancias adictivas de 2019. Entendemos que haya dudas sobre lo metodológico, pero lo que queda claro es que se desvirtúa la idea de que vapear no genera ni enfermedad, ni muertes en Colombia.