Como jefe del Bloque de Búsqueda del Cartel de Cali, el general Luis Enrique Montenegro fue una de las figuras protagónicas en la captura de Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Nació en Bogotá en 1943 y luego de terminar el bachillerato en el Colegio Mayor de San Bartolomé entró a formar parte de la Policía Nacional. En 1990, con el grado de coronel y director de la Dijín, participó en la lucha contra Pablo Escobar. Luego fue llamado como comandante de la Policía de Bogotá, y ese fue el trampolín para llegar a la Subdirección de la Policía Nacional, cargo que desempeñó de 1994 a 1997. En ese tiempo lideró las operaciones para capturar a los jefes del Cartel de Cali. Luego fue director del DAS hasta 1998, y cuando salió de la Policía, trabajó como asesor del fiscal Alfonso Gómez Méndez. Actualmente, Montenegro asesora a organismos de seguridad de México y de algunos países de Centroamérica. Según él, los Estados que sufren el fenómeno del narcotráfico deben ‘colombianizarse’, es decir, recurrir a las mismas fórmulas que el país utilizó para combatir a los carteles. Por eso, Montenegro cree que México y las demás naciones deben copiar los bloques de búsqueda, formar organismos de investigación como la Dijín y de inteligencia como la Dipol, y dictar leyes como la de lavado de activos y la de extinción de dominio. A pesar de que es recordado como uno de los hombres más valiosos de la Policía, algunas veces su gestión fue polémica. Hoy Montenegro ve con expectativa la carrera de su hijo, teniente coronel de Infantería Marina.