En mayo de 2001, cuando fue capturado en el aeropuerto de Miami con dos kilos de heroína en el estómago, este actor colombiano fue noticia de primera página. Hoy nadie se acuerda de Luis Fernando Montoya, quien está detenido en un Instituto Correccional de Miami. Durante 15 años de trabajo en la televisión su rostro se hizo familiar para los colombianos. En la novela Tabú protagonizó su último papel importante y luego tuvo una breve aparición en los Amantes del desierto. Después de esto se quedó sin trabajo y todas las puertas del medio se le cerraron. En 2001, desesperado por el abandono de sus amigos y tras agotar todos sus créditos, decidió irse de 'mula' para intentar resolver su precaria situación de hambre y soledad. Hoy está purgando una pena de cinco años. Anímicamente está tranquilo, resignado a su destino, sin embargo siente tristeza por la falta que le hacen sus hijas y la soledad a la que se ha visto sometido, ya que ni su familia ni sus amigos han ido a visitarlo. Físicamente ha cambiado mucho. Tiene algunos kilos de más, una larga barba y un gorro musulmán, que hacen que sus compañeros lo llamen 'Osama'. Aunque existe la posibilidad de que su condena sea reducida, Montoya no se hace ilusiones. Por eso sólo aguarda que llegue 2005 para quedar en libertad.