La alta consejera presidencial para la Biodiversidad, Sandra Bessudo, denunció la matanza de unos dos mil tiburones en la isla de Malpelo, Pacífico colombiano, a manos de pescadores costarricenses que los cazaron para cortarles las aletas dorsales. Según Bessudo, buzos rusos que hacían observaciones ecológicas en la zona reportaron que al menos diez pesqueros de Costa Rica se encontraban ilegalmente en el área. El gobierno de ese país condenó el hecho, pero no es suficiente. Lo ideal es que diga cómo evitará que algo así vuelva a ocurrir.