SEMANA: ¿De dónde surgió la idea de escribir el libro? Orlando Goncalves: Era una deuda que tenía pendiente conmigo. Comencé a escribirlo enfocado en campañas electorales, pero después Karen Labrador, directora de Colombia Líder, me dijo que por qué no ampliaba el libro al tema de la comunicación al gobernar. Por eso se llama Ganar, gobernar y comunicar. SEMANA: ¿Es más fácil la comunicación durante la campaña que cuando un candidato ejerce algún gobierno? O.G.: Tanto en las elecciones como en el gobierno la comunicación es difícil. Entre ambas establezco una diferencia sutil, pero profunda: en campaña hay que comunicar para ganarse el corazón del elector; en el gobierno, hay que ganarse el corazón del ciudadano. Cuando eres gobernante ya no buscas votos; se necesita el respaldo a la gestión que te ayude a obtener la gobernabilidad.

SEMANA: Se tiende a decir que ahora el debate electoral ha perdido en ideas y que cada vez es más mediático. ¿Esto es cierto? O.G.: No, la cantidad de información que maneja el ciudadano es de tal magnitud que si la comunicación de un político no logra interesar al ciudadano, si no logra hablar de las cosas de la vida cotidiana, él tiene mil asuntos más importantes que la política en qué pensar. Yo creo que las ideas o ideales tienen que ser elaborados con más cuidado para que sean la base de un mensaje que conquiste el corazón del ciudadano. Las ideas siguen siendo fundamentales, lo que ha cambiado es cómo las comunicamos.

El nuevo libro de Orlando Goncalves: Ganar, gobernar y comunicar SEMANA: En ese sentido, ¿la política es más emocional que racional? O.G.: No, todo lo que hagas en una campaña o en un gobierno tiene que ser un proceso profundamente racional, pero la manera de comunicarlo debe ser emocional. La gente no se va a acordar de lo que tú dijiste, sino de cómo sintió lo que dijo el político o el gobernante. Yo siempre pongo un ejemplo: uno no se acuerda del nombre del primer novio o novia, pero sí del primer beso. SEMANA: ¿Qué cambios han producido las redes sociales en las campañas y en la manera de gobernar? O.G.: Hace unos cuantos años decía que no se podía ganar o perder una campaña en redes, pero ahora sí, y la pandemia ha exacerbado esto. Las redes han cumplido dos funciones. Una buena: ha democratizado la comunicación. Hoy tú puedes comunicarte con tu presidente sin pasar por tantos filtros. Antes la comunicación era vertical, ahora es horizontal, y eso ha servido para que el gobernante o candidato hable de tú a tú con el ciudadano. Y la mala función es su propensión a manipular y a difundir las fake news.

SEMANA: ¿Cómo puede la comunicación fortalecer la democracia? O.G.: Es fundamental porque la decepción de la gente con la política es tan grande que comenzó a afectar la democracia. Hoy los ciudadanos desconfían de los políticos, entre otras cosas, porque sienten que no cumplen sus expectativas. Si no se demuestra con actos que se está trabajando por la comunidad, la gente se frustra. Esto no significa que el gobernante tenga que decir todo lo que hace. Si lanzas mucha información, el otro se bloquea o empieza a filtrarla. Por eso yo establezco la diferencia entre informar y comunicar. Con algunos de sus actos, el gobernante tiene que construir una historia que le muestre al ciudadano que está gobernando y que está cumpliendo. Comunicar significa conseguir el apoyo a la gestión y, por tanto, fortalecer la democracia. SEMANA: ¿Qué consejo les da a los candidatos y gobernantes? O.G.: Que tienen que ser coherentes con lo que piensan, dicen, hacen y sienten para poder comunicar. El ciudadano no es bobo y se da cuenta de las incoherencias.