Una pérdida para el periodismo
Esta semana se conoció la mala noticia del cierre de El Mundo, un periódico nacido en 1979 de la mano de un grupo de jóvenes como Darío Arizmendi, para ofrecer a los antioqueños una alternativa noticiosa, pues en aquel tiempo solo existía El Colombiano, muy ligado al Partido Conservador. En 1991 lo adquirió el empresario Guillermo Gaviria Echeverri, lo que marcó una etapa de austeridad. Hoy, el diario anunció su cierre, 41 años después del debut de uno de los medios más importantes en Antioquia, por donde pasaron cientos de comunicadores del departamento.
En un comunicado, la directora de El Mundo, Luz María Tobón, anunció: “Hemos transitado 41 años de intensa y fructífera labor periodística en compañía de columnistas, colaboradores, periodistas y empleados que han enriquecido nuestra voz, la cual pudimos divulgar gracias al apoyo de suscriptores, lectores, aliados y anunciantes. Para todos ellos ofrecemos gratitud y ratificamos nuestra esperanza de que nuestros caminos vuelvan a encontrarse”. El Mundo cierra sus páginas, lo que enluta al periodismo nacional, que pierde en miradas y lecturas distintas, siempre positivas para la democracia. En Medellín también informaron el cierre del tradicional Noticiero Económico Antioqueño, que transmitía desde mayo de 1975 la emisora de la Cámara de Comercio. Lista la terna
El presidente Iván Duque destapó sus cartas para la Defensoría del Pueblo. En la terna incluyó a Carlos Camargo, director ejecutivo de la Federación de Departamentos; Elizabeth Martínez, secretaria de la Comisión Tercera de la Cámara; y Myriam Carolina Martínez, directora de la Agencia Nacional de Tierras. La plenaria de la Cámara votará en las próximas semanas y lo que se vivirá es un duro pulso político entre el Partido Conservador, que respalda a Camargo, y Elizabeth Martínez, con el respaldo de La U. Esta última colectividad quiere mantener el control de la Defensoría, pues el actual defensor, Carlos Negret, provenía de dicho movimiento.
El Aniversario del Jardín botánico
En medio de la pandemia, el Jardín Botánico de Bogotá cumple 65 años y está más vivo que nunca. Ni el coronavirus lo ha hecho decaer. Su salud financiera se ha visto mermada por el virus, pero este pulmón natural de los bogotanos ha logrado tomar un respiro gracias al apoyo de autoridades y padrinos para continuar su labor en el corazón de la capital. Y, además, esa pausa obligada por la crisis permitió que las más de 55.000 plantas, de 304 familias, 469 géneros y más de 900 especies, que conforman su fisiología natural reverdecieran tras más de cuatro meses de cierre.
“Cuando todo esto termine...
el sector de restaurantes no podrá reactivarse económicamente de manera fácil después de que podría registrar pérdidas estimadas en 7 billones de pesos, y la desaparición de cerca de 60.000 establecimientos. Será un proceso complejo a menos que, para su reapertura, el Gobierno manifieste la extensión de una serie de beneficios económicos en los aportes parafiscales, IVA e impoconsumo, y la disminución de la tarifa de IVA para los arrendamientos. Rubro que ha sido el principal causante de la quiebra del sector.
Se necesitará la creación de una verdadera política pública gastronómica amparada en la biocultura; en apreciar el sector agropecuario no solo desde su relación con la contribución al PIB, a las exportaciones y al número de empleos generados, sino también al verdadero valor intrínseco de proveer de alimentos. Así mismo, se hará imperioso el incentivo de zoocriaderos de especies locales; el reconocimiento legal de bebidas y utensilios tradicionales, claves para el desarrollo de la cadena productiva y de la identidad del país. Esto último obligatorio para impulsar un turismo diferenciable. Cuando esto termine, se darán cambios en la operatividad de los pocos restaurantes que logren sobrevivir, pero con el tiempo volverán a la normalidad. Lo que sí es cierto es que la covid-19 mostró la vulnerabilidad de estos negocios en cuanto a la imposibilidad de estacionar sus costos ante una acción inesperada." Leonor Espinosa