SEMANA: ¿Qué tanto poder tienen las Iglesias católica y protestante en Colombia? NATALIO COSOY: Es claro que la Iglesia católica no tiene tanto poder como en otros momentos, pero aún tiene una fuerte influencia. En cuanto a los pentecostales, la cuestión es relativa. Como lo dicen los académicos: algunos pastores y organizaciones aparentan tener más poder del que realmente ostentan, pero lo tienen. Eso se vio en el plebiscito, pero no en las legislativas, en las que no lograron armar un bloque unificado y todavía dependen de los políticos tradicionales. SEMANA: ¿Por qué existe esa simbiosis? N.C.: Frente a la dificultad de armar partidos sólidos, en la medida que tienen más y más fieles, los pastores pueden sentarse a negociar con los políticos convencionales. A cambio de votos les piden defender puntos claves de su agenda de fe y de moral. A su vez, esos principios pueden servirle al político para ganar soporte electoral. Claro que muchas veces esos pactos son un fracaso político. SEMANA: ¿Es sana esa relación entre política y religión? N.C.: Todo los factores sociales, todas las corporaciones, todas las formas de organización social que conviven en una sociedad deben tener algún tipo de presencia e injerencia siempre en la disputa política. Ese es el debate que tiene que dar la sociedad colombiana, que es viejo, que permita resolver hasta qué punto los principios de la religiosidad y fe deben definir la vida de la sociedad. Mi opinión es que el límite está en no tratar de imponer a los demás lo propio. SEMANA: ¿Y cómo ve el fortalecimiento, en Latinoamérica y Estados Unidos, de líderes conservadores cercanos a las Iglesias? N.C.: No hay duda de que hay un aumento de una agenda moral, de cómo deber ser una familia, de si es válido o no tener relaciones hombre-hombre, mujer-mujer, si el aborto debe ser ilegal… Esa agenda moral es una bandera que llevan las Iglesias y las religiones, y se expresa en distinta fuerza en los países. Por ejemplo, en Argentina esa agenda tiene menos influencia que en Brasil, como acaba de demostrar el caso de Bolsonaro. Le puede interesar: Así son los colombianos frente a la religión y la política SEMANA: ¿Se podrán consolidar esos proyectos conservadores en el vecindario? N.C.: Es difícil responder esa pregunta. Las políticas son dinámicas, van de un lado y otro. Hace unos años América Latina se volcó hacia la izquierda y ahora va para la derecha. Eso puede pasar con la preeminencia de lo religioso. Ahora emerge, pero eso con el tiempo puede variar. Y si se consolida, ¿qué puede pasar? Pues que algunas decisiones de Estado pueden perjudicar los derechos de algunas minorías no alineadas con esas ideas. Ese es un riesgo. Pero, ojo, estas Iglesias no son los únicos grupos de interés que conviven en estas democracias. Y frente a este tema siempre va a haber tensiones y constantemente los Gobiernos deberán responder cómo van a llevar esa relación entre política y sociedad.