En época de lluvia y estrés navideño, muchos taxistas se están convirtiendo en un dolor de cabeza más para los habitantes de Bogotá. Las quejas son múltiples. Muchos no dejan subir a la gente o la obligan a bajar porque no quieren ir adonde les piden. En algunos casos, se ha llegado incluso a insultos o golpes. Algunos taxistas tienen alterado el taxímetro y cobran más de lo debido. Y un nuevo reclamo tiene que ver con algunas ‘apps’ para dispositivos móviles, que permiten a la gente ofrecer una propina para ‘incentivar’ a los conductores y así recibir un servicio con más rapidez. El resultado es que ahora se está volviendo imposible pedir un taxi por celular en la capital sin antes encimarle al conductor entre 3.000 y 5.000 pesos.