Gran extrañeza causó la decisión del Ministerio del Medio Ambiente de contratar a la Universidad de Cádiz (España) para que opine sobre la viabilidad del puerto en Bahía Málaga. Primero, porque según las normas esa opinión no tendría peso legal. Y segundo, porque el lugar había sido definido como reserva natural por la Academia Colombiana de las Ciencias, entidad encargada por la ley de precisar si un lugar debe o no serlo. Además, la declaración de esta área como Parque Nacional Natural se daba como un hecho en noviembre pasado. Sin embargo, ante el desconcierto de los ambientalistas, el proceso parece revertido por la presión de un grupo de empresarios y del propio Gobernador del Valle, que insisten en la necesidad de construir el puerto de aguas profundas en Bahía Málaga, para complementar al de Buenaventura. “Nos preocupa que se deslegitime nuestra opinión, que nace de estudios rigurosos a nivel social, económico y técnico. El Parque Nacional Natural de Bahía Málaga es una necesidad urgente de cara al futuro”, expresó Jaime Rodríguez Lara, presidente de la Academia Colombiana de las Ciencias. Por ahora, sigue en vilo el futuro de un parque que sería único en todo el océano Pacífico, zona a la que cada año llegan las ballenas jorobadas para aparearse y dar a luz.