El expresidente ecuatoriano Rafael Correa conversó desde su residencia en Bélgica con Vicky Dávila en Semana Noticias horas después de conocer la sentencia del Tribunal de la Corte Nacional de Justicia en Ecuador, donde se le determinó su culpabilidad por el delito de cohecho agravado y se le condenó a 8 años de prisión y a la pérdida de participación política por 25 años. En esa conversación aseguró que tomó con mucha calma la noticia ya que “no tiene ni pies ni cabeza.
"Las acusaciones contra mí son cantinflescas” Para el expresidente, todo esto es una “aparataje creado por grupos económicos y mediáticos” para impedirle participar en las próximas elecciones, que se celebrarán en Ecuador en 2021. “La consigna es condenarme para impedirme participar, ¿cómo se explica que se haga esta audiencia, que no es urgente, en plena emergencia sanitaria? Lo hacen porque se agota el tiempo, porque antes de noviembre hay que registrarse como candidato. Si no tengo la sentencia en firme, podría registrarme, inscribirme. Quieren tenerme preso para que luego no pueda”, agregó. Según Correa, quienes lo acusan implantaron pruebas y archivos falsos en computadores para que la justicia lo condenara por haber hecho aportes económicos a empresas multinacionales, entre ellas Odebrecht, en los años 2013 y 2014 a través de su asesora Pamela Martínez, principal involucrada en el caso. “Es realmente vergonzoso, soy el acusado y soy quien quiere más prueba y los acusadores no tienen más pruebas porque los archivos fueron adulterados”.Rafael Correa condenado a 8 años de prisión por corrupciónEl caso sobornos La Fiscalía del Ecuador inició una investigación en contra el expresidente Correa después de que un medio de comunicación lo salpicara en el denominado Caso Arroz Verde, nombre de un documento donde, supuestamente, se contabilizaban las entregas de dinero y que aludía al color corporativo del partido de Correa, Alianza PAIS. Por estos hechos, Correa fue señalado de ser el líder de una red criminal que presionaba a numerosas empresas para que entregaran dinero a cambio de obtener contratos con el Estado. Según Correa, Pamela Martínez, quien fuera su asesora, estuvo al frente de estos giros económicos a sus espaldas, abusando de la posición que tenía. Martínez quedó libre después de su detención, en noviembre de 2019, según Correa, a cambio de que lo implicara directamente a él en estos hechos de corrupción. “Eso es co-procesar, su testimonio solo sirve para su defensa, no para atacar a nadie. Eso es una mamarrachada, en un Estado de Derecho es imposible que ocurra algo así”, añadió en Semana Noticias. A pesar de mostrarse tranquilo, aseguró que sí está preocupado por sus compañeros, refiriéndose a otros 20 funcionarios implicados, entre ellos: el exvicepresidente Jorge Glas, el exsecretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, y la exministra de Transporte y Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte. Añadió que, a raíz de la supuesta persecución en su contra en el Ecuador, siente desprecio también en Colombia: “Si llego a Colombia, al día siguiente el presidente Duque me envía a Ecuador”, dijo. Añadió que tuvo que rechazar propuestas de trabajo “muy bien pagadas” en Colombia por esta misma razón."El Gobierno ecuatoriano debería dedicarse a salvar vidas" Reiteró que esta audiencia acusatoria no debía ser prioridad en Ecuador, uno de los países con mayor índice de mortalidad a raíz del coronavirus y dijo “el Gobierno ecuatoriano debería dedicarse a salvar vidas, a enterrar dignamente a los muertos y a gobernar”. “Somos el país de Latinoamérica que más muertos por habitantes tiene, de lejos, porque es un desastre el manejo, somos el país que peor ha manejado la emergencia”, sentenció. Añadió que “le agarra el alma” ver un país que ha pasado de lo mejor a lo peor y que esto no es un asunto de izquierdas o de derechas, sino de vida o muerte. “Apoyaré al más feroz anticorreísta con tal de que podamos mitigar esta catástrofe que estamos viviendo”. Teme que la situación en Ecuador vaya a empeorar las próximas semanas y reiteró su petición de que el actual presidente, Lenin Moreno debe renunciar dada la mala gestión que ha tenido frente a la emergencia sanitaria. “Cuando había empezado la crisis y llegaron los primeros casos, se permitieron partidos de fútbol. Se ha manejado muy mal, con este Gobierno vamos al desastre. Lo mejor que puede pasar es que esta gente dé un paso al costado y vaya gente con liderazgo. Necesitamos alguien que nos conduzca”. Calificó a Moreno de inconsciente: "permitieron las más grandes sinvergüencerías a los mayores ineptos en puestos claves y estamos llorando ahora lágrimas de sangre", añadió. Recordó, también, la estrategia regional que hubo en Latinoamérica durante la gripe porcina, (H1N1 entre 2009 y 2010) estrategia que, lamentó, hoy en día no se está viendo. “Se necesita coordinación y eso no existe, eso se ha complicado por el daño que le hicieron a Unasur”. Preocupado por Ecuador El expresidente aseveró que en Ecuador se siente una mezcla de tristeza e indignación por la irresponsabilidad e incapacidad del actual Gobierno. “El costo va a ser alto, pero saldremos adelante”, dijo refiriéndose, en particular, a Guayaquil, ciudad que lo vio nacer hace 57 años. Contó, además que un amigo de colegio falleció y tiene a otro amigo en estado crítico de salud. “La situación es muy dura, muy peligrosa, temo que lo peor está por venir, pero tengamos fe. Mi corazón está con ustedes”, concluyó emocionado.