El rey emérito Juan Carlos anunció este lunes que dejaba España para ayudar a su hijo, el rey Felipe VI, en el “ejercicio de sus responsabilidades”. Según la prensa de ese país, el monarca se habría instalado provisionalmente en República Dominicana. Juan Carlos de 82 años, investigado actualmente por corrupción, hizo el anuncio a través de una carta dirigida a Felipe VI, que fue publicada en la página web de la casa real.
Felipe VI y el rey Juan Carlos
El monarca se coronó rey en 1975, luego de la muerte del dictador Francisco Franco y ocupó la jefatura del Estado español durante 38 años. En 2014 su hijo Felipe tomó el trono. El rey gozó de una afamada popularidad durante décadas, pero durante los últimos años se vio envuelto en una serie de escándalos por corrupción, líos de falda, entre otros. Sin embargo, quizá el episodio más triste de su vida, tuvo lugar 64 años atrás, cuando el rey Juan Carlos accidentalmente mató a su hermano Alfonsito. Sucedió en Semana Santa de 1956, en Villa Giralda, el municipio portugués de Estoril. Un solo tiro desde un revolver calibre 22 acabó con la vida de Alfonsito, quien en ese momento tenía 14 años, era 4 años menor que Juan Carlos quien ya había cumplido los 18. El hecho sucedió en la habitación de juegos, donde los dos hermanos se encontraban solos, esperando la hora de la cena. Para esos días les habían regalado un blanco circular de colores brillantes, con una pistola calibre 22 para aprender a disparar. Tras escuchar el disparo, don Juan de Borbón y Battenberg (conde de Barcelona) descubrió a su hijo menor muerto mientras que Juan Carlos maniobrara el arma.
La pistola contenía un solo tiro, y fue el que según cuentan los historiadores, entró por uno de los orificios de la nariz de Alfonsito y acabó con su vida. Doña María de Borbón, contó que ese día se le paró su vida. Tiempo después habría manifestado sentirse responsable por haber dejado que sus hijos jugaran con la pistola.
El rey Juan Carlos y su hermano Alfonsito Así mismo, se conoció que luego de que don Juan de Borbón y Battenberg envolviera el cuerpo de Alfonsito en una bandera española que arrancó de un mástil, habría obligado a Juan Carlos a que, de rodillas, le jurara que efectivamente se había tratado de un accidente. En ese momento, la Secretaría de los condes de Barcelona publicó la siguiente nota: "Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándole en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos. El accidente sucedió a las veinte horas y treinta minutos al regresar de los oficios del Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión". Debido a que nunca hubo una investigación oficial, la muerte de Alfonsito se convirtió en todo un misterio, alrededor del cual surgieron muchas especulaciones y rumores. De lo que no cabe duda es que se trató de una tragedia que marcó para siempre la vida del monarca y la de su familia, no se tiene certeza de que ocurrió ese desafortunado 29 de marzo de 1956, solo se conoce la versión del rey Juan Carlos, el resto sigue siendo un secreto que seguramente se llevará a la tumba.
De Alfonsito se sabe, según el historiador Juan Balansó, que “era un niño travieso y despierto, simpatiquísimo, que alegraba la vida a cuantos le conocían". Fue enterrado en Estoril, ante la presencia de la familia y algunos miembros de la monarquía, que viajaron a Portugal para llevarle bolsas de tierra española que depositaron sobre su tumba. En 1992, treinta y seis años después de su muerte, sus restos fueron trasladados al panteón familiar ubicado en la ciudad de Madrid. "Ahora lo echo mucho de menos. No tenerlo a mi lado. No poder hablar con él. Estábamos muy unidos, yo lo quería mucho, y él me quería mucho a mí. Él era muy simpático", dice Juan Carlos ante las cámaras en el documental Yo, Juan Carlos I, Rey de España, del director de cine hispano-francés Miguel Courtois.
A pesar del episodio que acabó con la vida de su hermano, el rey Juan Carlos no dejó su afición por las armas, muy por el contrario, se convirtió en un cazador empedernido.