Hace apenas unas semanas el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Bruce Mac Master, lanzaba un decálogo para apostarle a la economía y a las empresas nacionales. “Las decisiones estratégicas que tomemos en este tiempo de crisis, definirán nuestro futuro, el futuro del empleo, la producción y del Estado en su capacidad de producir políticas públicas efectivas”, afirma el dirigente gremial. El gobierno nacional hizo lo propio al reforzar la campaña www.compralonuestro.co para que los empresarios gocen de los beneficios de la plataforma en la que hace más de un mes había casi 10.000 empresas de 30 departamentos gozando de ciertos beneficios como los anuncios de compra, acceso gratis al sistema internacional de código de barras, una comunidad especializada en el sector salud, convenios con entidades financieras y la oportunidad de tener una aceleración digital e incursión en comercio electrónico. “Comprar colombiano es apoyar la industria nacional, a nuestros empresarios, quienes son los mayores generadores de empleo y desarrollo en nuestro país. Cada peso que invertimos en producto local genera un efecto multiplicador, puesto que cada peso gastado se queda reactivando nuestra economía”, comenta la presidente de Propaís, María Lucía Castrillón. No sobra recordar que producto de la pandemia que ya suma más de 10 millones de casos en el mundo, se ha fomentado el consumo nacional, entendido como el consumo responsable, que bajo ninguna circunstancia se refiere a ‘comprar por comprar’ un producto local. “Significa, que hoy los consumidores no limitamos la decisión de compra a un cálculo utilitario sino a un proceso racional que tiene en cuenta valores como la solidaridad, la cooperación, y sentimientos de patriotismo”, comenta Castrillón. Y la pregunta que surge es: ¿si apoyamos de manera suficiente al empresario colombiano? Según la presidente de Acopi, Rosmery Quintero, nos falta mucho. “Como país nos corresponde tomar soluciones prácticas: que las mipymes puedan proveer de mejor manera en productos y servicios que el gobierno requiera. También se debe generar una gran campaña para dejar el consumismo que apunta más a productos importados y de marca, restándole importancia al producto nacional. Además que se creen programas robustos para sustitución de importaciones para apoyar a los empresarios”, comenta. El apoyo de los consumidores Si bien existen iniciativas individuales y grupales, así como en redes sociales como Instagram y Facebook, en pequeñas comunidades como Wikinice y Wikiempresarios, en donde se invita a consumir productos locales y las empresas tienen la oportunidad de presentar sus vitrinas de productos y servicios, los empresarios sienten que la solidaridad necesita más empujones. “Todos los países se han cerrado a proteger la industria nacional. En cambio, en Colombia en el sector defensa, por ejemplo, aún se permite todo a la industria extranjera. Hablamos de defender el empleo y es necesario tomar decisiones concretas de protección en las propias compras del gobierno”, comenta el empresario Miguel Caballero, fabricante de elementos especializados en protección personal, quien señala que en el último mes su facturación ha caído en cerca de 30%. Para Fredy Vargas, gerente de Manufacturas Bajo Cero, empresa especializada en la fabricación de ropa para el frío, si bien tuvo que cerrar dos locales de su formato Viajeros, ubicado en dos centros comerciales, espera seguir dando la pelea en otros tres locales. “No se percibe una campaña tan fuerte que se perciba desde el Gobierno para incentivar las compras locales, pero la gente si tiene como una solidaridad con las empresas nacionales. A la gente le gusta lo colombiano y de hecho, desde hace unos años nuestro producto lleva marquilla con la bandera del país y nuestros consumidores la usan con orgullo cuando están de viaje porque perciben que aquí se fabrican cosas buenas”, dice. Si bien es innegable que mucha gente ha optado por las compras locales local para proteger la producción, la situación no es nada fácil para el bolsillo de los hogares colombianos. Cifras como la tasa de desempleo que llegó a un máximo de 21,4% en mayo y una economía que podría contraerse en más 5,5% según el propio gobierno nacional, hacen evidente que no solamente la buena voluntad y valorar lo propio son suficientes para impulsar la demanda.