Ganarle el pulso a la Cordillera Oriental. Ese es el gran objetivo de las firmas de construcción encargadas de ampliar de dos a cuatro carriles la vía entre El Tablón-Chirajara, en Cundinamarca. Esta vía es recordada por ser una de las más letales en América. El hecho más oscuro y siniestro se registró en Quebradablanca el viernes 28 de junio de 1974 cuando 300 viajeros fueron embestidos por miles de toneladas de tierra que arrasaron en un segundo la vía existente. En años y décadas las tragedias de este tipo fueron una constante y poco o nada se hacía para solucionar el asunto. Sin embargo, los ingenieros de estos tiempos quieren una segunda oportunidad y por eso emprendieron en enero de 2011 una titánica obra que busca darles más seguridad a los viajeros y reducir el tiempo de viaje entre Bogotá y Villavicencio. La táctica de rastrillar la montaña para construir vías, se cambió por la de los túneles y los viaductos, evadiendo la ‘dictadura’ del derrumbe. Hoy y en solo ese tramo de 30 kilómetros se construyen 18 túneles, que suman 14,7 kilómetros de longitud acumulada y otros 17 puentes o viaductos, con más de 2,3 kilómetros. Las obras de ampliación ya completan un 65% y los primeros seis kilómetros estarán listos el año entrante. Los restantes 20 se pondrán en operación entre 2016 y 2017. Para tener una idea de la complejidad de las obras, para la construcción de uno de los puentes, fue necesario acudir a la mula para llevar los materiales al lugar de obra. Era el único medio de transporte que podía llegar a las profundidades de los enclaves montañosos. El otro sector –entre Chirajara y Villavicencio– podría iniciar obra en poco tiempo, todo depende si el Gobierno acepta una propuesta de Luis Carlos Sarmiento Angulo para construir la doble calzada en un contrato de asociación público privada. El sector restante, entre Bogotá y El Tablón está siendo diseñado por la Agencia Nacional de Infraestructura para una futura licitación. Las imágenes hablan por sí solas.