La búsqueda de una transición energética que tiene frenado al sector de hidrocarburos, la incertidumbre frente a las reformas pensional, de salud y laboral, la caída del sector vivienda, la volatilidad del dólar, el encarecimiento del crédito y una inflación ‘dura’ de bajar son, desde el año pasado, algunos de los factores que han impactado la actividad empresarial en el país.

El resultado es una economía que está lejos de crecer a su nivel potencial (entre 3 y 3,5 %) y que aunque este año acelerará su ritmo a 2 %, tras un débil 0,6 % de 2023, sigue con el freno de mano puesto.

Hay barreras que se mantienen, pero han aparecido nuevas como la suspensión de exportaciones de carbón a Israel, los temores por racionamiento de energía, la caída de inversiones en el sector salud, la contracción en el recaudo de impuestos, la posibilidad de importar gas, la falta de gobierno corporativo en Ecopetrol, la paralización de exportaciones de ganado en pie, la informalidad y los bajos precios que tienen en crisis al sector lácteo, entre otros.

El resultado es un panorama poco favorable para hacer empresa y que pone a más de uno a pensarlo dos veces antes de realizar una nueva inversión. Prueba de ello es que en 2023 la inversión privada descendió 30,9 % –que es la mayor caída desde 1999–, y este año sigue bajando a un ritmo de 11 %, según estimaciones de Davivienda.

“Y cuando uno no invierte, se disminuye la posibilidad de crecer en el futuro”, sostiene Andrés Langebaek, director ejecutivo de Estudios Económicos del Grupo Bolívar.

Este panorama también se refleja en los resultados de las 5.000 empresas más grandes del país, que en conjunto lograron vender 2.103 billones de pesos, una cifra muy similar a la del año anterior si se descuenta la inflación. Asimismo, las utilidades netas de este grupo se redujeron en 22,4 %, totalizando 137 billones de pesos.

Paralelamente, creció el número de empresas con pérdidas: de 588 en 2022 se pasó a 782 en 2023.

Si se pone la lupa en el interior de los sectores económicos incluidos en el escalafón, se constata que las empresas del agro y de telecomunicaciones e informática tuvieron reducciones en sus utilidades del 11 y del 18 %, respectivamente.

Los balances financieros de las mayores compañías del país también explican el comportamiento de la confianza empresarial.

Las más recientes mediciones de Fedesarrollo muestran caídas en la confianza comercial a agosto de este año y una confianza industrial que sigue en terreno negativo.

El Índice de Confianza Sectorial, de la consultora del mismo nombre y que mide las expectativas de los empresarios para los próximos meses, se ha mantenido en un nivel inferior a los 44 puntos desde julio de 2022 hasta la fecha, siendo 100 su mejor puntaje.

Pese a esta situación, existe un gran número de empresarios que está convencido de que el actual es simplemente un ciclo económico a la baja y se están preparando para la subida, al tiempo que están encontrando oportunidades en medio de las dificultades.

Un testimonio de esta situación es que aumentó el número de compañías con ventas de más de un billón de pesos: de 252 en 2022 a 261 en 2023, al tiempo que 24 empresas tuvieron ganancias netas por encima del billón de pesos. Entre ellas sobresalen Cenit, Drummond, Reficar, Ocensa, Bavaria e ISA. Ecopetrol, Grupo EPM y Grupo Energía Bogotá también están en ese selecto grupo, pero a diferencia de las anteriores, sus utilidades bajaron en 2023.

La caída de la inversión privada, sumada a la desconfianza, darían para pensar que queda poco por hacer en el ámbito empresarial, al menos mientras la economía vuelve a tomar tracción.

No obstante, expertos como Alejandro Escobar, gerente de Sectorial, identificaron cinco actividades económicas con potencial de crecimiento en el país. La primera de ellas son los servicios relacionados con los turistas extranjeros. En 2023, Colombia recibió 6 millones de visitantes del exterior, con un gasto promedio de 1.100 dólares. En el primer semestre de 2024, su llegada creció 11,1 % y eso dará pie para que el país pase de tener turistas a residentes extranjeros.

Un segundo sector es el agrícola, que este año se ha convertido en el motor de la economía al ser el que más crece. Una empresa que sobresale en ese grupo es Oleoflores, que es una cuasibillonaria, con ventas por 978.000 millones en 2023 y que ha basado su crecimiento en alianzas con pequeños agricultores.

Además, las exportaciones de productos tradicionales como el café y no tradicionales como el aguacate están en auge, impulsadas por la recuperación de la producción. En total, 68 empresas que exportan, producen o comercializan café clasificaron en el ranking de las 5.000, lideradas por Colcafé, Sucafina Colombia, Olam Agro, Carcafé y Racafé & Cía., todas con ventas de más de un billón de pesos.

Un tercer sector que destacan en Sectorial es el de la ‘economía silver’, que es la que atiende a la tercera edad. La pirámide poblacional se está invirtiendo y allí ganan protagonismo los mayores de 60 años. Ofrecerles productos y servicios es una oportunidad de negocios.

El cuarto sector con gran potencial es el de las energías limpias y la transición energética. Entre 2024 y 2025 se tiene proyectado la ejecución de 119 proyectos de fuentes no convencionales de energía en el país. Sin embargo, el 46 % de estos están apenas en trámites ambientales y técnicos.

El quinto sector es el comercio electrónico, el cual sigue expandiéndose y en Sectorial estiman que crecerá 10 % este año. En América Latina ya tiene el 30 % de penetración, con casi dos millones de nuevos compradores y un aumento del 20 % en el valor promedio de las transacciones.

Si bien hay muchas variables económicas que necesitan enderezar su rumbo, la resiliencia de las grandes empresas del país es una muestra de que sí es posible seguir apostando por Colombia.

Clasificar como una de las 5.000 empresas más grandes del país cada vez exige más en términos de ventas, que es el indicador clave de esta medición. Mientras en 2022 se requería facturar mínimo 45.400 millones de pesos, en 2023 fueron 53.179 millones. Ese aumento es explicado principalmente por la inflación, que en todo el año pasado fue de 9,3 %, aunque en marzo alcanzó su nivel más alto del presente siglo, con 13,34 %.

Las ventas consolidadas de las 5.000 empresas evaluadas sumaron 2.103 billones de pesos, lo que implica un crecimiento de 6,95 %, que estuvo por encima del 0,6 % que avanzó la economía en 2023.

Este especial se hace con información provista por las superintendencias de Sociedades, Servicios Públicos, Economía Solidaria, Subsidio y Transporte, así como de las Cámaras de Comercio de 22 ciudades, la Contaduría General de la Nación y reportes directos que enviaron las empresas a Dinero.

Los ingresos operacionales de 2023 son la única variable que se usa para ordenar las empresas en el escalafón. Posteriormente, se agrupan en diez macrosectores: agropecuario, comercio, construcción, hidrocarburos, industria, medios, minería, servicios, telecomunicaciones y tecnologías de la información y transporte, los cuales incluyen 62 subsectores.

El sector comercio se mantiene como el de mayor participación en el ranking con 1.310 empresas, seguido de servicios con 1.248. La industria ocupa el tercer lugar con 1.080 empresas.

Además de los ingresos de cada compañía, se publica la utilidad operacional, la cual corresponde al concepto de ganancia o pérdida por actividades de operación, así como la utilidad neta, que es la ganancia para los accionistas. También están los activos de las empresas, los cuales indican el valor total de los recursos que poseen y que pueden ser utilizados para generar ingresos y operar su negocio.

Finalmente, está el indicador de utilidad neta sobre patrimonio, el cual sirve para evaluar la rentabilidad obtenida por los dueños de las compañías.

Todas las cifras están en millones de pesos y las variaciones se miden anualmente.