El cambio emocional que experimentó Carolina Santamaría* afectó su vida cotidiana y llegó inesperadamente. De la jovial, animada y activa trabajadora social no había rastro. La también docente universitaria cuenta que en pocas semanas empezó a sentirse aburrida, triste y ya no disfrutaba de las actividades que antes realizaba. Depresiva y ansiosa, se encerró en su casa, ensimismada, sin ver a nadie, alimentándose mal y a deshoras.

“Sentía un vacío en el estómago que era muy molesto, una sensación en el cuerpo inexplicable, como que algo me dolía, una angustia permanente que no se iba y que me estaba agobiando, quitándome todas las energías”, relata.

El trastorno comportamental que sufrió Carolina es típico de las personas que tienen afectaciones en su salud mental y que en muchos casos se queda oculto o no se visibiliza, una condición médica cada vez más frecuente entre la población colombiana. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el país la depresión y la ansiedad son dos de los trastornos mentales más comunes. La depresión afecta aproximadamente al 5,3 por ciento de la población y la ansiedad alrededor del 6,5 por ciento.

Se estima que en Colombia el 5,3 por ciento de la población padece de depresión, y el 6,5 por ciento de ansiedad. Hoy, estas dos enfermedades están en aumento .

Viviana Yepes Gaviria, médica psiquiatra de la Universidad del Valle, confirma que la salud mental de los colombianos se está deteriorando a un ritmo cada vez más acelerado, tal y como lo observa en el volumen de pacientes que llegan a su consultorio particular, quienes no recurren al sistema de salud ya sea por temor al estigma del señalamiento, o por falta de oportunidad económica.

“La ansiedad, la depresión, el trastorno de adaptación y el consumo de sustancias de abuso son las situaciones por las que más está consultando la gente. El volumen va en aumento y lamentablemente son enfermedades que están en la oscuridad por miedo al qué dirán”, asegura Yepes Gaviria.

Para Antonio Toro, médico psiquiatra de la Universidad de Antioquia, jefe del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la misma universidad y miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, la irrupción del covid-19 produjo un incremento de las enfermedades mentales, que afectan la cotidianidad de las personas, el trabajo y la sociedad.

“La incertidumbre que se sentía en esa época, las muertes súbitas de familiares y amigos, la pérdida del trabajo en muchos casos, la inestabilidad económica, los temores, impactaron seriamente la salud mental de la gente, y la depresión, la ansiedad y lamentablemente el suicidio aumentaron considerablemente durante y después de la pandemia”, recalca el especialista.

Un tema del que no se habla

Después de varios días de permanecer encerrada, Carolina reconoció que tenía un problema y decidió buscar ayuda profesional. Pidió cita donde una psicóloga particular porque sabía que en su EPS el proceso se demoraría y no quería que su familia se enterara.

“Acceder al plan de salud es casi que imposible y cuando se requiere llega demasiado tarde. Lo más importante para mí era la oportunidad de la atención de una condición mental que me estaba afectando y que muchas veces no es de primera necesidad. Tampoco quise decirle a la familia porque muchas veces la respuesta es “póngase a trabajar”, y ya”, cuenta Carolina.

De acuerdo con la médica psiquiatra Sandra Toro Herrera, jefe del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana, pese a que las enfermedades mentales son más comunes de lo que se cree, aún se conserva parte del estigma relacionado con la salud y la enfermedad mental, así como con los profesionales que abordan estas áreas.

“Sin embargo, con la llegada de las nuevas generaciones el acceso a los medios de comunicación y un proceso de concientización general se ha avanzado en abordar el tema y combatir este tabú”, detalla la experta.

Según José Manuel Santacruz, médico psiquiatra, director del Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana y expresidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, las violencias (política y social) que ha vivido el país en las últimas décadas, también han incidido en el deterioro de la salud mental de los colombianos. En su concepto, esta condición tiene consecuencias en cómo nos relacionamos unos con otros. “Y si a este antecedente le añadimos la pandemia, el panorama tiene visos delicados porque se incrementaron situaciones precarias de salud. Eso se ha visto reflejado en un aumento en las patologías psiquiátricas”, indica.

Después de varias sesiones con su psicóloga, Carolina Santamaría dice que se siente mucho mejor. Asegura que fue una decisión de vida que le permitió retomar rutinas de deporte, de alimentación y de relaciones interpersonales que había dejado atrás. Por eso recomienda acudir a profesionales cuando las crisis emocionales aparecen.

Según el psiquiatra Antonio Toro, hay que “des-siquiatrizar” la salud mental. Considera que los psicólogos y los médicos pueden tratar adecuadamente este tipo de pacientes y no necesariamente hay que recurrir a los psiquiatras para tener medicación.

Entonces, ¿cuándo se debe acudir a un especialista para tratar la salud mental? Los expertos coinciden en que se debe consultar al reconocer síntomas como bajo ánimo persistente, problemas para conciliar el sueño o por el contrario sueño excesivo, cambios rápidos de humor, cambios en el apetito, preocupación excesiva por cosas que antes no la generaban, ideas de suicidio, llanto inmotivado o ante síntomas graves como alucinaciones o consumo problemático de sustancias psicoactivas.

Suicidios

En Colombia, los casos de suicidio son cada vez más preocupantes. De acuerdo con el último boletín de Medicina Legal, entre enero y julio de 2023 se incrementó en 15,7 por ciento la tasa de suicidios, con respecto al mismo periodo de 2022. Pasando de 1.564 en el año anterior a 1.810 en este año. Por otra parte, el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (SIGIVILA) registra 30.021 casos de intento de suicidio con corte al 8 de septiembre.

Organizaciones públicas y privadas, el Ministerio de Salud y Protección Social, la Asociación Colombiana de Psiquiatría, y varias ONG, trabajan no solo para evitar los casos de suicidio, sino para implementar estrategias que contribuyan a que la salud mental de los colombianos mejore.

*Nombre cambiado a petición de la fuente.