En gran medida, la integración económica de la población venezolana en Colombia está sujeta a la regulación y los marcos normativos implementados desde el Gobierno Nacional para garantizar la regularización migratoria de estas personas y su acceso a derechos fundamentales.

Precisamente, para conocer más sobre las estrategias implementadas por el gobierno para la inclusión de los venezolanos en el sector productivo, el Proyecto Migración Venezuela entrevistó a Ana María Araújo, directora de movilidad y formación para el trabajo del Ministerio del Trabajo.

Proyecto Migración Venezuela (P.M.V): En términos de crecimiento económico y seguridad ¿qué implicaciones ha tenido la migración para Colombia?

Ana María Araújo (A.M.A): El Gobierno colombiano decidió hacer una gran apuesta con el tema de la migración y es abrirles la puerta a toda la población venezolana que decidió migrar por la situación tan difícil que se estaba presentando en su país. Creo que todos debemos tratar de ver la migración como algo positivo y así podemos tener un proceso mucho más rápido de integración. Yo creo que no podemos hablar de la inserción de la población migrante en un solo sentido, sino que la inserción se debe dar en todos los sentidos, tanto a nivel cultural y a nivel económico, y de esa manera podrá ser más rápido su aporte a la economía de Colombia. El fin último es la integración laboral, pero para eso tenemos que ir dando muchos pasitos.

P.M.V: ¿Cuáles son los principales obstáculos o barreras que han identificado desde el Ministerio para la integración socioeconómica de los migrantes?

A.M.A: Una de las barreras más grandes que nosotros tenemos es el desconocimiento. Eso es tremendo porque, por ejemplo, los empresarios consideran que es dificilísimo darle trabajo a un migrante. También hay dificultades para que los migrantes abran cuentas bancarias y se afilien a la Seguridad Social pues no hay claridad de los documentos admitidos. Hemos tenido una serie de permisos especiales de permanencia (PEP) y a veces les exigen cosas adicionales a ese documento. Asimismo, el tema de la certificación y homologación de la educación básica es tremendo, porque esta es una gran barrera. La convalidación de títulos es una gran dificultad porque en las condiciones en las que estas personas tuvieron que salir de Venezuela implican que muchos no tienen a la mano los documentos necesarios o no tienen el dinero para hacer todas estas gestiones.

La otra cosa que es tremenda es conseguir las certificaciones laborales de trabajos que hicieron en Venezuela. Pese a que es una población que definitivamente tiene una cantidad de capacidades y una cantidad de cualificaciones importantes, acceder a la oferta es complejo. Hay mucha xenofobia y discriminación y, a veces, las condiciones laborales no son las mejores, porque el hecho de que lleguen con tantas vulnerabilidades los hace presas fáciles para la explotación laboral.

P.M.V: Frente a dichas dificultades en la contratación de población migrante ¿qué respuesta se está dando desde el Estado y desde el Ministerio de Trabajo?

A.M.A: Desde el Ministerio de Trabajo tenemos la mesa de empleabilidad y somos los líderes de ella. Desde ahí hemos implementado específicamente medidas como el Permiso Especial de Permanencia para el Fomento de la Formalización (PEPFF). Con este permiso, que se trabajó con Migración Colombia, se trató de flexibilizar todas las medidas para que una persona a la que le ofrezcan un trabajo pueda tener un permiso de permanencia. Ya la barrera de entrada no era tener PEP pues la oferta laboral implicaba conseguirlo. Así logramos dos cosas: formalización y por ende aportes a la seguridad social; y salarios justos porque ya no podían pagarle menos por no estar regularizado.

Tenemos también la plataforma de Registro Único de Trabajadores Extranjeros (RUTEC), donde las empresas deben registrar a los trabajadores extranjeros que tienen con el fin de que nosotros tengamos un poco de información de los que están, de los que son formales, en qué trabajo se desempeñan y los sectores en los que más se encuentra la población migrante. Esos son unos datos bien importantes que le sirven mucho al Gobierno para hacer política pública. A corte del primero de marzo, en el RUTEC tenemos 27.000 trabajadores venezolanos registrados que están en 6.500 empresas.

Adicional a eso, hemos trabajado en acciones integrales para llegar al territorio. Se hacen cuatro días de información a la población migrante, a empleadores, a funcionarios y a población de acogida. La idea es dar información para que se acerquen a las instituciones del Estado y entiendan su funcionamiento. Y eso es bien importante porque pasa mucho, por ejemplo, con los colombianos retornados que no saben que tienen derecho a la cédula, que termina abriéndoles posibilidades laborales y de formación.

P.M.V: ¿Qué impacto va a tener el Estatuto Temporal de Protección en la inclusión laboral de los migrantes?

A.M.A: Una de las cosas importantes que va a hacer el Estatuto es que todos los migrantes van a quedar en igualdad de condiciones que los nacionales. Entonces ya no va a existir esto de que al venezolano lo contrato más barato que al colombiano, porque fíjate que una de las cosas que era una ventaja para ellos a nivel de competencia desleal de pronto era que la mano de obra fuera de un menor precio.

La otra cosa importante es que vamos a poder cubrir las vacantes que de pronto no se logran cubrir con la mano de obra nacional y que los venezolanos van a tener 10 años para poder vincularse. Hay unos trabajos estacionales que desde el Ministerio hemos identificado que los empresarios tienen dificultades para conseguir mano de obra, entonces hemos hecho un trabajo para buscar lo que son vacantes de difícil ocupación, vacantes que la gente no quiere tomar. Esta población migrante puede tomar estas vacantes y hemos visto que en estos casos la población migrante es muy agradecida con las oportunidades de trabajo, en vacantes donde normalmente hay altísima rotación. Para la población migrante, como es la única oportunidad de trabajo que tiene, su permanencia en este tipo de posiciones es mucho más estable y duradera respecto a la población nacional. Eso es importante tenerlo en el radar.

Hay otra cosa importante y es que a veces la curva de aprendizaje en ciertos trabajos no se va a perder porque van a poder permanecer en el país un tiempo largo; van a poder convalidar títulos, expedir tarjetas profesionales, vamos a tener también más información de la población migrante y diseñar mejores políticas de inclusión productiva.

P.M.V: ¿Cuáles podrían ser las consecuencias de no integrar a la población migrante en el tejido productivo del país?

A.M.A: Pues sería un escenario grave porque los ponemos en una situación de vulnerabilidad que solo contribuye a que el crimen sea mayor: o sea, trata de personas, explotación de todo tipo, eso es supremamente grave. Segundo, definitivamente perdemos una oportunidad. Si analizamos los países que han acogido a la población refugiada y migrante inmediatamente han disparado el sector productivo.

Además, en la medida en que nosotros los integremos, ellos aportan vía consumo y vía impuestos. Ellos mismos aportan para su propia Seguridad Social y eso es muy importante. En la medida en que hagamos las cosas bien para su inclusión, vamos a tener un aire nuevo a nivel de fuerza laboral y eso de verdad es muy valioso.

P.M.V: Desde el Ministerio de Trabajo ¿qué percepción tienen en cuanto a la disposición del sector empresarial para incluir y contratar a los migrantes provenientes de Venezuela?

A.M.A: Tanto en la sociedad como en el sector empresarial hay un problema y es el desconocimiento. Nuestra obligación es poder facilitarles las cosas y mostrarles que contratar un migrante no es tan difícil. Hay que hacer algunas cosas, sí, pero realmente tienen los mismos derechos que los colombianos y todo igual. Tenemos que darles más información y facilitar el proceso y hemos tratado de hacerlo. Hacemos muchísimo acompañamiento y estamos en todos los escenarios en los que nos invitan para poder dar estos insumos a los empresarios para que sepan que la contratación de población migrante no es el camello que todos se imaginan.