Yuli Guerrero tiene el proyecto de aprender español. Le gustan la comida y los bailes colombianos, y desde pequeña sabía que por sus venas corría sangre latina. A pesar de que la separaron de su familia desde que era muy pequeña, ha tenido una vida agradable en Holanda. Luego de meses de búsqueda, por fin logró encontrar a su madre biológica.
En 1986, con tan solo 3 años y 9 meses, Yuli y su hermano por parte de mamá, de 2 años, partieron de Cartagena rumba a Holanda. Se trató de un proceso de adopción ilegal que les permitió iniciar una nueva vida con sus padres adoptivos.
La más reciente noticia acerca de la investigación llevada a cabo por el gobierno de los Países Bajos sobre posibles abusos e inconsistencias en las adopciones de niños colombianos ha generado revuelo. La documentación de casos en los que hay ilegalidades y delitos graves, como el rapto de bebés, ha provocado que el gobierno holandés suspenda las adopciones. Y para complicar la situación, muchos de esos niños llegaron a hogares disfuncionales y sufrieron abusos y maltratos.
No obstante, el caso de Yuli es distinto. “Mi infancia en Holanda fue genial. He podido hacer todo lo que podía desear un niño: obtuve todo el amor que necesitaba. También he tenido oportunidades que probablemente no hubiera tenido en Colombia”. El esfuerzo de sus padres adoptivos para que creciera en las mejores condiciones dio frutos.
Sus padres adoptivos siempre la apoyaron. De hecho, promovieron activamente la búsqueda de la madre biológica de su hija. “Siempre supe que era adoptada, mis padres me dijeron eso desde que era muy pequeña, de unos 9 años”, afirmó. Pero sus padres nunca supieron que habían participado de una adopción ilegal. Se enteraron cuando comenzaron a indagar por el paradero de la madre de Yuli. Las pistas que recolectaban revelaban discordancias en los papeles del proceso, donde faltaba o había datos erróneos de Yuli, como su edad, por ejemplo. “En el documento aparece que en ese momento tenía seis años, cuando en realidad tenía cuatro”, afirmó.
Según el Gobierno holandés, la investigación en proceso de niños extranjeros adoptados empezó por varios documentos que fueron hallados y estaban falsificados, con fraude y posibles indicios de corrupción. Incluso hay casos que fueron catalogados como “trata de niños”.
“He solicitado mis papeles oficiales de adopción y certificado de nacimiento del ICBF porque mis padres adoptivos nunca recibieron los originales. Esos papeles llevan mucho tiempo en el ICBF y hemos esperado más de tres meses desde que envié la solicitud, y aún no he recibido nada”, mencionó Yuli.
En un principio no fue idea de ella comenzar con la búsqueda. Su hermano quería saber quiénes eran sus verdaderos padres, si seguían vivos, si tenía más familia. Luego encontraron un programa en Holanda que ayudaba a buscar familiares biológicos, pero convenció a su hermano de hacer la búsqueda por otro medio. “No quería aparecer en televisión nacional, fue la principal razón de no hacerlo con el programa. Entonces decidí hacer la búsqueda por mi cuenta, porque a mi hermano no le interesa mucho el tema de las redes sociales, pero a mí sí”, explicó.
Yuli difundió por Facebook fotos y descripciones como esta: “Soy Yuli Guerrero, busco a mi mamá y familia biológica. Nací en Cartagena en 1983 y posiblemente mi mamá se llama Martha Guerrero Jiménez, nacida en el año 1956. Fui adoptada en Holanda en el año de 1986”. Luego de unas semanas de difusión, y con la ayuda de grupos como Adopción Colombia Holanda, logró encontrar a un usuario que le brindó el número de teléfono de su mamá biológica.
“La primera vez que hablé con mi madre biológica a través de videollamadas fue extraño. En parte porque todavía no hablo bien el idioma (español) y también porque no sé de qué hablar. Ella me vio por última vez hace 34 años, así que vi que estaba emocionada por eso”, afirmó. También pudo hablar con otros miembros de su familia. “Me recibieron con los brazos abiertos”, comentó entusiasmada, y preguntándose a la vez: “¿en qué medida esto es posible desde la distancia?”.
Ahora su plan es viajar a Cartagena. Tenía pensado, en un principio, que el vuelo iba a ser en abril, pero por cuestiones de la pandemia lo pospuso para julio. El ideal de Yuli es recuperar un poco el tiempo perdido, encontrar la forma de poder comunicarse con su madre biológica y entablar una buena relación. Sin embargo, Yuli tiene claro que su casa está en Holanda, junto con sus padres adoptivos.
Finalmente, deja un mensaje sobre la adopción: “Pienso que la adopción es posible si se hace legalmente. Pero también es importante saber en qué ambiente se van a desarrollar los niños y conocer muy bien el perfil de los padres adoptivos. Es posible que a veces se piense en el futuro de un niño en otro país, pero también es importante mirar primero si es posible que crezca en su país de origen, con padres colombianos, como sería en mi caso”.