Las camadas de nuestras mascotas suelen ser de cuatro a ocho crías, en promedio, y ellas además estarán en condiciones de procrearse en la misma proporción a los seis meses. Este es un crecimiento exponencial, lo cual quiere decir que cada vez ocurrirá a un ritmo más acelerado. Debido a esta tendencia, de una sola mascota pueden nacer generaciones de miles y miles de nuevos animalitos en cuestión de pocos años.

Por eso, limitar su reproducción es parte de una tenencia responsable, ya que ante esta proyección, es imposible garantizar que sus descendientes no acabarán abandonados en la calle, en una ciudad cuyas estadísticas muestran que, para muchos, los perros son ilusión de un día y no un vínculo afectivo que conlleva cuidados, cariño y dedicación durante toda una vida.

Para la coordinadora del centro Zoonosis, Mónica Paola Gómez, la esterilización de perros y de gatos es una estrategia humanitaria para ejercer control poblacional en animales que, al ser domésticos, difícilmente podrán sobrevivir dejados a su suerte.

Es de tal relevancia esta medida, que Gómez destaca el compromiso de la administración Bogotá Humana, que solo en 2013 esterilizó a 54.640 animales en la ciudad. “Como propietaria de mascotas y como médico digo que es un procedimiento muy recomendable, ya que es poco invasivo y tiene una rápida recuperación. No afecta su desarrollo y genera procesos de bienestar para la vida de la mascota y de su amo. Por un lado, en la medida en que se reduzcan los impulsos sexuales del animal, evitaremos que se escape y quede expuesto a accidentes o peleas. Así como las conocidas molestias que conlleva el celo, pues en el caso de las hembras, dejarán de sangrar, y en el de los machos, mermará su ansiedad ante el olor. Por otro lado, debido a que un animal esterilizado requiere una actividad física constante que le permita mantener su peso, el amo enfrentará el compromiso de mantener dicha actividad y, por lo tanto, mejorará también su calidad de vida”, anota.

Rompiendo mitos

Un temor frecuente al respecto es una supuesta disminución en el ánimo del animal o en su naturaleza vigilante y protectora, lo cual es falso, pues, según explica la doctora Gómez, las hormonas implicadas en el proceso solo inciden en su comportamiento sexual, no en la totalidad de su naturaleza, y aunque suelen volverse más tranquilos después del procedimiento, los animales también dependen de su entorno y de la crianza que han recibido.

También es falso, añade, que tiendan a tener cáncer: “No es directamente proporcional, he visto más casos de enfermedades en animales sin esterilizar que en esterilizados”.

¿En qué consiste el procedimiento?

La esterilización (o castración, en el caso de los machos) es un procedimiento avalado mundialmente que consiste en retirar los órganos reproductivos del animal y se puede realizar en cualquier momento de su vida.

Se recomienda, sin embargo, que se haga solo hasta que el animal cumpla los seis meses, con el fin de que su desarrollo biológico alcance la plenitud. Ocho días después del procedimiento se retiran los puntos externos y en ese tiempo la herida ya estará cicatrizada, si se han tenido los debidos cuidados, que consisten en ponerle a la mascota un collar isabelino, para evitar que se retrase la cicatrización, y suministrarle algunos analgésicos durante los primeros días. Es probable que el proceso se acompañe con algunos medicamentos adicionales. Para averiguar a qué centro puedes dirigirte en tu localidad y esterilizar a tu mascota, puedes comunicarte con la línea 195. La intervención es totalmente gratuita.

Información en cifras

-87.000 animales, entre perros y gatos, fueron esterilizados por la Secretaría de Salud de Bogotá en asocio con Zoonosis, en los dos últimos años.

-3.000 animales, entre perros y gatos, son recogidos de las calles anualmente por Zoonosis.

-Unos 930.000 caninos y unos 350.000 felinos viven en la calle, según una estadística realizada en 2013 por el Distrito y Zoonosis.

-Sobre estos animales (1’280.000), el estudio concluye que 50% posee un cuidador ocasional, y 34% un propietario parcial (animal semiconfinado).