Los habitantes de Cereté, Córdoba, se sorprendieron cuando apareció un cachaco altísimo con un cerro de papel bajo el brazo. Se trataba de Enrique Peñalosa, quien fue a presentar un plan de desarrollo urbano elaborado por su fundación. El plan incluyó andenes anchos, ciclorrutas, alamedas y arborización y otros detalles que dejarían a Cereté como Montecarlo. Aunque Peñalosa no cobró un peso por hacer el estudio ahora queda el problemita de conseguir la plata para la realización de las obras.