Una emergencia económica, tener que gastar dinero de imprevisto o querer darse un gusto inesperado; son algunas de las situaciones a las que muchas personas se enfrentan a diario. No obstante, como dicen los expertos, siempre será mejor afrontar estos momentos sin tener que endeudarse, razón por la cual es muy importante el ahorro.
Si bien, lograr una cultura del ahorro no es fácil, puesto que se requieren algunos requisitos como conocer el presupuesto, acabar con las fugas o ‘gastos hormiga’, establecer un plan a corto, mediano y largo plazo y, finalmente, destinar al menos el 10 % de lo que se gana para esta tarea; contar este dinero puede ser un salvavidas que ayude bastante.
Todo esto ha quedado más que demostrado en tiempos como los que se viven hoy en día, donde la inflación y la crisis económica que azotan a las principales potencias del mundo han obligado a muchos hogares a apretarse el cinturón y buscar estrategias para que el dinero alcance, así sea cada vez más difícil lograrlo.
Este año, las finanzas de los colombianos han estado bajo presión, como consecuencia del incremento en el costo de vida, que en los últimos 12 meses va en 10,84 %. Al ser el aumento de inflación un fenómeno mundial, cuyo rumbo aún es incierto y difícil de controlar, la mejor alternativa que tienen las personas es tomar las decisiones más adecuadas para el manejo de su dinero.
Palabras más, palabras menos, los ingresos ahorrados cumplen una doble función beneficiosa para las finanzas personales: por un lado, brindan protección y, por otro, contribuyen a alcanzar ciertas libertades financieras.
La regla de las 72 horas
De acuerdo con expertos de Business Insider España, el principal enemigo del ahorro hoy en día es el deseo y las ganas de querer tener todo aquello que genere un antojo. Esto, por ejemplo, lleva a que muchas personas recurran a las tarjetas de crédito y no solo adquieran una deuda innecesaria, sino que terminen pagando de más por culpa de los intereses.
En este punto, es muy importante destacar que las tarjetas de crédito son créditos de consumo con libre destinación y deben entenderse como tal. Esto quiere decir que hay que recurrir a ellos cuando no quede otra alternativa y no como una forma para vivir por encima de las expectativas, que es lo que muchas veces se termina haciendo.
Ahora bien, volviendo a la regla de las 72 horas, esto no es otra cosa que una ampliación de la regla de las 24, es decir que antes de comprar cualquier cosa o sentir el impulso de querer tenerlo, lo recomendable es esperar al menos tres días para pensar detenidamente si se necesita realmente o no.
“Por si acaso tu capricho u obsesión es más duradera, deja que transcurran 3 días enteros y, entonces sí, toma la decisión. ¿Mantienes que lo sigues queriendo y necesitando? Pues adelante”, explica este medio en uno de sus estudios.
El ayuno financiero
Teniendo en cuenta datos compartidos por el portal Uppers, el ayuno financiero plantea que la persona debe estar por 21 días bajo un estricto control de los ingresos y las salidas que se dan en la cuenta bancaria de cada sujeto.
En otras palabras, en esas tres semanas no se puede hacer una compra que no cubra una necesidad importante, según la autora del método, la escritora y periodista de finanzas personales, Michelle Singletary. Para la especialista, se debe considerar esta práctica como una estrategia de ahorro puntual, la cual, debido a los movimientos económicos que se presentan hoy en día, se puede hacer frente a la inflación que provoca los altos precios, principalmente los de los alimentos.
“Durante los 21 días de dieta económica, hay que limitarse a gastar lo mínimo para sobrevivir (comida, farmacia, colegios...), eliminando todo tipo de gastos superfluos e innecesarios”, publicó el citado portal español.
Por otro lado, en la lista de lo que no se puede invertir en el ayuno financiero se encuentra: nada de bares, restaurantes, peluquerías o ropa. Sin embargo, aunque es una técnica recomendada, no tiene sentido que haya una prolongación de la misma, puesto que Singletary considera que el objetivo del ayuno económico no es dejar de disfrutar de la moneda de cambio.