Las entidades financieras otorgan diferentes planes para que el dinero de sus clientes se consigne en una determinada cuenta. Una de ellas es la denominada cuenta de ahorros, un servicio que permite depositar el dinero y que suele ser utilizado a través de una tarjeta, popularmente conocida como plata en plástico.
Son varias las alternativas y beneficios que otorga el hecho de obtener una cuenta de ahorros, esta depende de cada banco y los montos que se reciben. Economipedia resalta que esta opción cuenta con la facilidad de tener disponibilidad inmediata de la moneda de cambio, además, tiene una diferencia considerable a la corriente.
“Existe una libreta en la que quedarán registradas las entradas y salidas de dinero de la cuenta”, algo que no suele pasar con las cuentas corrientes, según el citado portal económico.
En esa línea, hoy en día optar por este método de acumulación de dinero es una oportunidad factible. De hecho, se utiliza para el pago de honorarios, salarios, remuneraciones extras, entre otras.
En ese sentido, cada entidad tiene unos requisitos para que una persona adquiera dicha cuenta, Rankia dice que los más comunes son:
- Cumplir con una edad establecida, por lo general el titular debe ser mayor de 18 años.
- Tener un documento válido que reconozca la identidad de la persona, como la cédula de ciudadanía.
- También, establecer un monto mínimo de dinero exigido para apertura de la cuenta, el cual en muchas ocasiones se deposita en un cajero multifuncional para la activación de la misma.
Luego de esto, cada organismo determina otras solicitudes que pueden ir desde las fotocopias de varios documentos, hasta referencias personales, familiares y cantidad de ingresos que un sujeto recibe. En este punto, la mencionada comunidad financiera recalca que “una cuenta de ahorros es un producto básico, fundamental para comenzar a ser cliente de un banco y poder acceder, luego, a préstamos y tarjetas de crédito”.
No obstante, si bien es cierto que la cuenta de ahorros resulta ser un producto beneficioso para las finanzas personales, no utilizarla tiene repercusiones que la inactivan.
Según la Superintendencia Financiera, una cuenta bancaria, ya sea de ahorros o corriente, se considera inactiva luego de que hayan pasado tres años desde su última operación; sea depósito, retiro, transferencia o cualquier débito o crédito que afecte su saldo, apunta Rapicredit.
Es decir que el máximo de tiempo activo de esta opción financiera es de tres años, luego de esto caduca.
En ese orden de ideas, Rapicredit estima que hay otros factores que provocan que dicha cuenta se inactive. Por ejemplo, cuando una persona olvida su contraseña y teclea varias opciones numéricas en el cajero automático, encuentran beneficios en otro banco o, como lo especificó la entidad encargada de la inspección, vigilancia y control sobre las personas que realicen actividades de carácter financiero, bursátil, aseguradora o cualquier otra relacionada con el manejo, se deja de utilizar por determinado tiempo.
En cuanto al dinero que se envía a una cuenta inactiva, el citado portal de crédito dice que este rebota, por lo que los fondos son devueltos a la persona u organización que realizó el trámite de consignación.
De igual manera, se enfatiza que los bancos tienen el derecho de “realizar los descuentos y cobros por intereses u otros cargos durante el tiempo que la cuenta siga activa pero sin uso. Sin embargo, estos débitos no cuentan como una transacción”, alude Rapicredit.
Por último, los expertos en educación y finanzas recomiendan no dejar pasar más de tres años acumulando el dinero en una cuenta de ahorros sin realizar ningún trámite o movimiento, ya que la cuenta entra en periodo de inactividad y la moneda de cambio es congelada por el banco donde se abrió.