En Colombia se consignaron las cesantías, por lo cual es clave tener en cuenta algunas recomendaciones al momento de invertirlas, específicamente en el acceso a la vivienda y su financiación.
Hay que saber que esos recursos son un ahorro con el que cuenta un trabajador con contrato dependiente, que corresponde a un mes de su salario por cada año laborado.
Vladimir López, director de productos fintech de Home Capital Outlet, explicó que “resguardar el patrimonio es hoy una preocupación de la gente, y la vivienda es una de las alternativas que genera riqueza en patrimonio, convirtiéndose en una barrera contra la inflación, que en nuestro país es la más alta del siglo”.
A lo que agregó que las cesantías son un trampolín para tener casa propia porque pueden fungir como parte de la cuota inicial o tener un mayor valor de la cuota inicial, lo que reduce el valor requerido en el crédito hipotecario y, por ende, en la cuota mensual, facilitando así la capacidad de endeudamiento.
Financiar vivienda
Dio el ejemplo de que en 2022 el 13,3 % de los colombianos que cuentan con este ahorro decidieron invertirlo en compra de vivienda, según datos de Asofondos.
Por otro lado, el 3,67 % de quienes compraron vivienda lo hicieron haciendo uso de sus cesantías y dijo que “según la data del promedio de los movimientos financieros, sus cesantías alcanzaron a cubrirles hasta un 8 % del total de la propiedad, gracias a este ahorro. Cifras que plantean posibilidades reales de pensar en que estos ahorros amplían coberturas de financiación para tener casa propia”.
De ahí la importancia de insistir en destinar las cesantías a compra de vivienda, de modo que no se conviertan en plata de bolsillo.
Otros consejos
Según el experto, para adquirir patrimonio propio es necesario contar con el 30 % del valor total de la propiedad, lo que equivale a la cuota inicial, razón por la cual los ahorros a largo plazo de las cesantías serán una cifra atractiva para sumar a ese valor inicial, sobre todo cuando este monto permitirá incrementar la capacidad para acceder a financiación.
De igual forma, puede resultar obvio, pero es indispensable resaltar que un propósito con fines a largo plazo es el destino ideal para las cesantías. En tal sentido, la recomendación es usarlas solo en los momentos necesarios y estratégicos; por ejemplo, un mal uso sería acudir a estas cuando hay un cambio de trabajo.
De igual forma, juntar las cesantías con los ahorros personales destinados a la compra de vivienda no solo permitirá una buena capacidad de endeudamiento, sino también una menor necesidad de deuda y la capacidad de abonos extraordinarios durante la vigencia del crédito.
López agregó que “al utilizar las cesantías como un ahorro con propósito para la compra de vivienda, no solo es posible obtener una mejor capacidad de pago en el crédito o la posibilidad de adquirir una vivienda de mayor valor, sino que, adicionalmente, durante el tiempo del crédito con este ahorro se puede disminuir el nivel de endeudamiento adquirido con abonos extraordinarios anuales para reducir más aún el plazo o las cuotas mensuales”.