Acceder a productos financieros de inversión era “inalcanzable”, porque solo se podía hacer si se contaba con un gran capital y con apoyo de expertos del mercado como comisionistas, dejando excluida a una gran parte de la población.

Es por eso que se llevó a cabo un estudio, encargado a la agencia de investigación de mercado DEEP Market Research, para entender mejor cómo se aproximan las personas al mundo de las inversiones. “De esta manera contar con información veraz y confiable que le ayudará al sector a resolver con eficiencia las necesidades reales de las personas en cuanto al manejo de sus finanzas personales”, indica Valdemaro Mendoza, CEO y Cofundador de Tyba.

Dentro del índice, Colombia fue el país con el puntaje más alto en las variables relacionadas con la confianza, actitud hacia la inversión, tenencia de diferentes formas de ahorro y de inversión, además de fuentes de información. Aunque los tres países analizados (Colombia, Perú y Chile), están en un nivel intermedio de inversión, Colombia es el que sobresale como el de mayor “ánimo inversionista”.

La investigación deja en evidencia que 40 % de los colombianos cree que es probable o muy probable invertir en los próximos seis meses, es decir, hacer una inversión en el corto plazo. Los hombres parecen tener más clara su intención de invertir ya que, en mayor proporción que las mujeres, afirman que sí estarían dispuestos (H: 46 % vs. M: 34 %). Adicionalmente, las personas entre los 25 y 34 años, los “adultos jóvenes”, son los más dispuestos a invertir en el corto plazo.

Sin embargo, los resultados contrastan con que más de la mitad de los encuestados colombianos (51 %) se encuentran en una situación actual que no es la más adecuada para acumular capital o invertir en este momento, ya que su necesidad principal es salir de deudas, recuperarse de una crisis económica y buscar empleo; escenario similar al que se evidenció en varios países del mundo a causa del impacto que ocasionó la pandemia en las finanzas de los hogares.

“Después de conocer la percepción de los colombianos frente al optimismo de inversión, evidenciamos que si tuvieran el capital necesario para hacerlo lo pondrían a trabajar en finca raíz (45 %), lo cual es una proporción muy superior a Chile (29 %) y a Perú (12 %). En segundo y tercer lugar, destinarían su dinero para invertirlo en negocios (30 %) y en productos de inversión (21 %) como acciones, fondos de inversión colectiva y hasta en criptomonedas”, afirma el CEO de Tyba.

¿Los colombianos piensan en ahorrar?

El estudio demuestra que dentro de sus comportamientos sí contemplan el ahorro como una buena opción, considerando las prioridades que ya se mencionaron. Los métodos que usan los colombianos actualmente para ahorrar son por medio de bancos y entidades financieras con productos convencionales (47 %), lo cual coincide con Chile (55 %) y con Perú (49 %). Además, hoy 33% expresa usar cuentas bancarias digitales.

Asimismo, 31 % de los colombianos decide guardar su dinero en la casa usando alcancías, cajas fuertes o “debajo del colchón”, y 14 % lo hace a través de cadenas de amigos. “Lo anterior, demuestra que existe una oportunidad importante para que las personas encuentren mejores formas de proteger su capital de la pérdida de valor que genera la inflación”, comenta Mendoza.

No obstante, la investigación arrojó que 13 % de los encuestados colombianos no ahorra ni separa dinero actualmente, siendo más notorio en la población entre los 18 y 24 años, y los mayores de 35 años. Las razones que el estudio resaltó por las cuales la gente no está ahorrando en este momento obedecen a situaciones de falta de liquidez: el dinero no les alcanza para ahorrar (54 %) y todo se destina para pagar deudas (24 %); lo que se convierte en un ciclo vicioso.

Ahora bien, se logró identificar que la mitad de los colombianos encuestados (50 %) afirmó no tener ningún tipo de dinero, propiedad o algún tipo de activo que les genere alguna rentabilidad. Este dato es similar al de Perú (53 %) y menor al de Chile (65 %).

De los tres países estudiados, Colombia es el país con el Índice de Ánimo Inversionista más alto y esto se explica tanto por su optimismo y disposición frente a las inversiones, como por el conocimiento y la familiaridad con productos financieros y de inversión, aún hay oportunidades importantes de mejora.