El ahorro es una alternativa que las personas contemplan para tener una vejez digna o para poder realizar una inversión que les permita tener un retiro mucho más cómodo y tranquilo; sin embargo, es un hábito que muy pocos tienen y que es difícil de adquirir.
La incertidumbre por lo que pueda pasar en futuro cercano con respecto a los impuestos, la inflación y las posibles reformas que adelanta el Gobierno han llevado a muchos a fijarse metas mensuales para tener un dinero a la mano que les permita reaccionar en tiempos de emergencia o para buscar generar un ingreso extra.
Justamente, para ayudar a quienes han decidido guardar una tajada de su quincena para ahorrar, existe la Fórmula Greene, la cual propone que se debe haber llegado a los 30 años de edad, habiendo ahorrado lo equivalente a un salario anual, desde el momento en el que se empezó a trabajar.
Para quienes no lo han logrado, no hay problema, pues existe un segundo consejo que contempla esta técnica de ahorro. Lo ideal es que se imprima un ritmo de ahorro mucho más constante y que se guarde el 25 % del salario mensual.
El tercer escalón de la Fórmula Greene indica que se debe ahorrar, cada cinco años, un salario anual bruto, algo que suena difícil, pero que, ajustando el cinturón y teniendo en cuenta el objetivo, se puede lograr.
Según su edad, ¿cuánto debe tener ahorrado?
Teniendo en cuenta que esta técnica dicta que a los 30 años se debe contar con un ahorro equivalente a un sueldo anual, al cumplir 35 años se debe tener el doble del salario anual, y a los 40 años ya se debe contar con un ahorro igual o superior a tres salarios anuales.
Siguiendo la proyección de esta técnica, cada cinco años se debe tener un sueldo anual completo guardado, por lo que a los 50 años, ya debería tener lo correspondiente a cinco veces su ingreso anual.
Esta proyección le permitirá tener, a su edad de jubilación, casi ocho salarios anuales en su cuenta de ahorros, un dinero bastante significativo si se piensa tener una vejez tranquila y, en lo posible, sin preocupaciones financieras.
Si bien es una fórmula que implica sacrificios, también puede ser flexible; sin embargo, lo ideal que siga al pie de la letra estos consejos para que vea los resultados cuando llegue el momento del retiro o cuando decida que ya no quiere trabajar más.
Errores financieros que son muy comunes y se deben evitar
1. No pensar en los gastos a mediano plazo
Uno de los errores más comunes que cometen las personas es no pensar por un momento lo bien que se sentiría que lleguen las facturas sin tener ningún tipo de preocupación financiera. Sin embargo, este panorama no suele pasar, pues el cúmulo de gastos a mediano pueden provocar una crisis financiera sin darse cuenta. De este modo, los expertos de Skandia señalan que es bueno ahorrar dinero para gastos como el Soat, seguro del carro, impuesto del vehículo, vacaciones, matrículas estudiantiles, entre otros. La mejor forma de hacerlo es dividiendo el costro entre 12 y ahorra dicha cantidad mes a mes.
2. Compras compulsivas
Entre los hábitos más comunes cuando se tienen buenos ingresos e incluso, cuando se carece de ellos, es endeudarse con compras compulsivas que solamente dar un placer momentáneo. Por ello, es importante darle valor a los esfuerzos financieros para saberlos invertir correctamente y de forma controlada. Una opción para mitigar este al hábito es preguntarse cada vez que se tenga ese impulso si el producto se quiere o se necesita. Si la respuesta es quererlo, debe restringirse de la compra.
3. No saber esperar
Saber esperar es el arte de aplazar los gastos, algo que está muy relacionado con las compras compulsivas. Por ejemplo, si se deja pasar tiempo en pensar y analizar si lo que se quiere es necesario o un simple capricho, es probable que durante este periodo se dé cuenta de que realmente no era un producto que necesitaba.
4. Mal uso de las tarjetas de crédito
El cuarto error financiero más común es no tener claridad del uso adecuado de las tarjetas de crédito. Los expertos señalan que estas solamente se deben utilizar en un caso de emergencia, más no de forma habitual. Adicional a ello, Skandia señala tres formas básicas de mitigar su uso: no cargar la tarjeta de crédito, utilizar los beneficios de millas para hacer compras y hacer compras a solo una cuota.
5. No ahorrar
Entre los hábitos financieros más importantes está el de ahorrar. Como tal, esto permite que las finanzas no se desequilibren y no se descuadre en gastos no planeados. A su vez, le permitirá cumplir objetivos como viajar, estudiar, entre otros.