En medio de los hogares colombianos, el pan ha sido durante mucho tiempo un alimento fundamental en la dieta diaria. Sin embargo, una sombra de preocupación se cierne sobre este alimento cotidiano, debido al incremento sostenido de su precio. Desde hace más de un año, los insumos necesarios para la fabricación de pan han ido en aumento, siendo impulsado, en parte, por la tensa situación entre Rusia y Ucrania.
El trigo, base fundamental, tanto para la economía como para la alimentación en Colombia, es un cultivo que no se puede cosechar en el país, lo que lleva a una dependencia significativa de su importación. La industria molinera, que importa el 99.4 % del trigo, se enfrenta a un aumento constante en los costos de importación.
El sector se ha visto afectado por diversos desafíos logísticos a nivel mundial, como el incremento en los costos de fletes, la congestión portuaria, el alza en los precios del combustible y las nuevas regulaciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los barcos.
La incertidumbre entre los panaderos y los consumidores aumentó después de que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) anunciara que el precio del trigo aumentó en un 23 % debido a la guerra en Ucrania. Productos que antes costaban 300 pesos ahora valen 800, lo que dificulta aún más el acceso a este alimento básico.
El pan es un pilar en la seguridad alimentaria y nutricional de Colombia. Es un alimento esencial en la dieta de los colombianos y su ingrediente principal, la harina de trigo, es ampliamente utilizado en la elaboración de productos como el pan y la pasta. A pesar de su valor nutricional y accesibilidad, la cadena de suministro detrás de estos alimentos enfrenta desafíos, debido a su dependencia de dinámicas internacionales, según Pilar Ortiz, directora ejecutiva de la Cámara Fedemol de la Andi.
Como resultado de los múltiples factores que afectan los insumos para la fabricación de pan en Colombia, el precio de este alimento ha experimentado incrementos prudentes en ciudades como Bogotá, donde los costos oscilan entre 400 y 600 pesos en las panaderías locales.
Aceite de oliva
Otro alimento que ha estado experimentando un aumento constante en su precio es el aceite de oliva, un líquido vital en muchas cocinas alrededor del mundo. Esta alza ha preocupado a muchas personas, ya que el precio de este aceite se ha duplicado en el último año y cuadruplicado desde agosto de 2020.
La mala cosecha en Europa, donde se encuentra una parte significativa de la producción mundial de aceite de oliva, ha contribuido a este aumento de precio. Además, las expectativas de un cambio climático más agresivo en las regiones de plantación también han impactado el panorama.
España, uno de los principales exportadores y responsables de más del 40 % de la producción mundial de aceite de oliva, ha experimentado un aumento del precio de este líquido dorado a aproximadamente 8.20 euros (36.240 pesos colombianos), en comparación con los 3.80 euros (16.790 pesos colombianos) del año anterior.
No solo España se ha visto afectada. En Italia, otro importante productor, el precio ha aumentado hasta un 98 %, mientras que en Grecia, ha escalado hasta un 114 %, esto de acuerdo con un informe de BBC de Brasil.
El problema se agrava por las condiciones climáticas adversas que han afectado la producción de olivas. La sequía ha impactado negativamente los cultivos, resultando en una menor cantidad de aceite producido. España, por ejemplo, pasó de producir 1.5 millones de toneladas a tan solo 610,000 debido a la falta de humedad y la escasa producción de frutos.