El sistema de jubilación creado por la ley 100 de 1993, y que acaba de ser transformado con la reforma pensional de 2024, establece dos formas para calcular la mesada de aquellos que logran cumplir con los requisitos para jubilarse. La primera es la que está asociada con los fondos privados de pensiones (que depende de cuánto dinero se ahorró), y la segunda es la que paga el régimen público, representado en Colpensiones, y que está atada al número de semanas cotizadas.
Con la reforma, solo permanecerá vigente la segunda opción; sin embargo, aproximadamente dos millones de colombianos estarán en el llamado régimen de transición (al cual no se les aplicará la reforma), y podrán elegir si desean pensionarse bajo el régimen público o el privado.
Entre ese grupo, los que opten por escoger a Colpensiones para lograr su anhelada jubilación deben completar 1.300 semanas y tener una edad de 57 años mujeres o 62 hombres. La mesada se calculará teniendo como base el salario promedio por el que cotizaron en los últimos diez años, pero se debe tener en cuenta que no es el salario completo, sino un indicador conocido como el Ingreso Base de Cotización (IBC), que es la porción del salario del trabajador dependiente o independiente que se toma como base para aplicar el porcentaje de aporte respectivo al momento de cotizar a pensiones o salud.
El IBC se puede consultar en los desprendibles de pago mensuales que les envían las empresas a sus trabajadores y la pensión, con 1.300 semanas cotizadas, es del 65 % del IBC promedio de los últimos diez años. Así, si el IBC fue de 5 millones de pesos, la mesada queda en 3.250.000.
No obstante, existe la posibilidad de incrementar esa mesada si se cotizan más semanas. Así, por cada 50 semanas adicionales a las 1.300 mínimas requeridas, el porcentaje de liquidación se incrementará en 1,5 % hasta llegar a un máximo de 80 % del IBC cotizado en la última década. En el ejemplo de los 5 millones, la pensión llegaría a 4 millones de pesos.
El lío para superar las 1.300 semanas cotizadas, al igual que con todo el sistema pensional, radica en tener la posibilidad de estar empleado constantemente por más de 25 años, lo que es muy complicado en un mercado laboral como el colombiano, en donde prima la informalidad. De hecho, es por esta razón que solo uno de cada cuatro mayores de 60 años tiene pensión en el país.
De la misma manera, llegar a 1.800 semanas cotizadas es aún más exigente, pues hay que trabajar 36 años consecutivos. Es una suma posible en el caso de las mujeres si comenzaron a cotizar a los 20 años. Los hombres tienen más chance, pues su edad de jubilación es mayor.
Lo que viene con la reforma
Este ese escenario de una tasa de remplazo del 80 % (que es como se conoce técnicamente al porcentaje del último salario que un trabajador recibía antes de jubilarse y que obtendrá después en forma de pensión), será aún más complejo con la reforma pensional recientemente aprobada. Esto porque con ella se reducirán los subsidios a las pensiones que paga el Estado.
La nueva ley crea un sistema de pilares, que entrará a regir en julio de 2025, en el cual todos los trabajadores quedarán afiliados a Colpensiones, pero aquellos que devenguen más de 2,3 salarios mínimos deberán cotizar el valor excedente en los fondos privados. Cuando lleguen a la edad de jubilación, el Estado solo les dará los 2,3 salarios mínimos por los que cotizaron en el fondo público, el resto del dinero provendrá del fondo privado y esa será una suma muy baja, pues depende de los rendimientos financieros.
Una simulación realizada por la Maestría en actuaría y Finanzas de la Universidad Nacional de Colombia indica que bajo las condiciones actuales una persona con un IBC promedio de 7 salarios mínimos (hoy 9,1 millones de pesos) y tras cotizar 1.300 semanas recibiría en Colpensiones una pensión de 5,9 millones de pesos, pero con la reforma pensional, esta bajaría a alrededor de 4 millones de pesos.