El Banco de la República reveló los resultados de la más reciente ‘Encuesta de percepción sobre el uso de los instrumentos, para los pagos habituales en Colombia’, y en la cual se indica que el efectivo continúa siendo el instrumento de pago más utilizado por el público y el comercio en el país.
Así las cosas, la encuesta señala que el 75 % de los colombianos prefiere pagar en efectivo, frente a un 15 % y 8 % que indicó que realiza el pago de sus compras por transferencia electrónica y/o tarjeta débito, respectivamente. Mientras que en los comercios, “más del 95 % de tiendas de barrio, panaderías, cafeterías, papelerías, buses y taxis, perciben que la mayoría de sus ventas se las pagan en efectivo”.
En cuanto a ciudades, los resultados muestran que Bogotá es la ciudad en donde se utiliza menos efectivo y es la que presenta una mayor utilización de transferencias electrónicas. Mientras que en Cali y Medellín, y especialmente en Barranquilla, el uso del efectivo es considerablemente mayor, en oposición a otros medios de pago.
“Entre las principales razones que justifican la mayor preferencia por efectivo se mencionan la facilidad y rapidez para pagar; la posibilidad de reutilizarlo de manera inmediata; y la costumbre de usarlo para realizar compras de bajo monto o en la calle”, indica la encuesta.
Con respecto a instrumentos, se destaca que más del 50% de la población nacional, mayor de 18 años, tiene una cuenta de ahorro; consolidándose este producto como el que abre las puertas al ciudadano al sistema financiero. Seguido, se encuentra los depósitos electrónicos, las tarjetas débito y tarjeta de crédito, el crédito bancario, la cuenta corriente, y la chequera.
“En general, la población que respondió tener al menos un producto financiero (cuentas de ahorro y corriente, tarjetas débito y crédito, chequera, depósito electrónico o cualquier tipo de crédito) corresponde al 56,9 % (es decir, el 43,1 % de la población no tiene ningún producto financiero)”, indica la entidad.
En lo relacionado con la tendencia de tarjetas de crédito y débito, según el estrato socioeconómico, la encuesta muestra que cuando aumenta el estrato, mayor es la proporción de la población que tiene acceso a estos productos financieros. Esto se evidencia que en los estratos 4 al 6 es donde se observa el mayor uso de tarjetas débito, pero es en el estrato más alto, en donde se concentra el mayor uso de tarjetas de crédito.
“La tarjeta débito registra su más alta participación en la población de mayores ingresos, mientras que para la tarjeta crédito, el mayor porcentaje de participación se da en individuos con ingresos de entre 4 y 5 salarios mínimos mensuales legales vigentes (SMMLV). Por su parte, la población con ingresos inferiores a un SMMLV es la que presenta las menores participaciones tanto de tarjeta débito, como de tarjeta crédito”, resalta la encuesta, que además destaca que la población con edades entre 35 y 44 años es la que registra el más alto porcentaje de tenencia para tarjeta débito y crédito.
Otros datos a tener en cuenta es sobre la aceptación de instrumentos de pago diferentes al efectivo en el comercio. Allí, vale la pena resaltar que las transferencias electrónicas registran una mayor participación; principalmente en tiendas de barrio, minimercados y supermercados de barrio, taxis, restaurantes, peluquerías, ferreterías y cafeterías. Mientras que en hipermercados y las estaciones de servicio, se prefieren las tarjetas débito y crédito.
“En conclusión, la encuesta registra un avance importante del país en la adopción de instrumentos de pago electrónicos que sustituyen al efectivo y estimulan la tenencia de medios de pago (por ejemplo, el depósito electrónico y las cuentas de ahorro). Este proceso, que paradójicamente estimuló la pandemia, mejora la trazabilidad de las transacciones económicas y favorece la intermediación financiera. No obstante, aún existe un amplio margen de desarrollo en la medida en que el uso del efectivo sigue siendo predominante, y que, entre los estratos bajos de ingreso, la utilización de medios de pago electrónicos y la tenencia de cuentas bancarias y demás activos financieros sigue siendo precaria”, puntualiza el Banco de la República.