En Latinoamérica los niveles de inflación están en su punto más alto, la cual es evidente para los consumidores, quienes han percibido incrementos importantes en los precios de alimentos básicos, comida fresca y empaquetada, vestimenta, productos electrónicos, entre otros bienes de consumo.
Ángel Estrada, Socio de EY-Parthenon, explicó que los cambios en los precios llevan a modificaciones en la decisión de compra, lo cual ofrece posibilidades para transformar las operaciones y el modelo de negocio.
Hay que tener en cuenta que la industria de consumo masivo se enfrenta a una lenta recuperación pospandemia, cambios en las necesidades de los consumidores y una cadena de suministro que aún enfrenta problemas.
Por tal motivo, según el experto, ante la incertidumbre se recomienda a las empresas llevar a cabo procesos de reducción de costos e incremento de eficiencias.
Aumento de costos
Así mismo, a raíz del aumento en los costos de transporte, las materias primas y las congestiones en diferentes puertos, la cadena de suministro se ha visto impactada, causando retrasos y afectando a los jugadores de consumo masivo de Latinoamérica.
Así mismo, los desafíos para los envíos, la disponibilidad reducida de materias primas y los cierres de producción están dando lugar a un menor cumplimiento de los pedidos existentes, retrasos en las entregas, incapacidad para aceptar nuevos pedidos y, como consecuencia, problemas en el inventario de los jugadores en la industria de consumo masivo.
Además, las restricciones en la cadena de suministro tuvieron un fuerte impacto en los precios de los fletes internacionales de contenedores, incremento que se traslada hasta el consumidor final, el cual se ve afectado por el encarecimiento de los bienes que consume.
Las alternativas
En tal sentido, existen importantes oportunidades para que los jugadores de la industria del consumo fortalezcan su posición en el mercado, sirvan mejor a sus clientes y eviten posibles riesgos de decrecimiento en las ventas.
Entre ellos están optimizar sus ventas y buscar eficiencias operativas en espacios físicos y digitales; u obtener un claro entendimiento del consumidor y ajustar su oferta de productos y servicios.
También se aconseja desarrollar o entrar a nuevos canales de distribución que se adecúen más al mercado; y proporcionar incentivos de venta al consumidor, como esquemas de pago, financiación, programas de lealtad o recompensas.
En tal sentido, se encuentra el e-commerce, el cual debe de ser adoptado por los jugadores de la industria de consumo masivo si no quieren perder mercado frente a empresas dedicadas únicamente a la venta en línea. En este sentido, se proyecta que el comercio electrónico en la región tenga un crecimiento anual promedio de 19% para el 2025.
También se requiere un entendimiento profundo del consumidor y sus nuevas necesidades, al igual que del mercado, lo que habilitará un ajuste en la oferta de valor y de productos, mejorará la experiencia e incluso permitirá penetrar nuevos canales de distribución.
Las tendencias de consumo que han surgido se mantendrán a largo plazo y se fortalecerán, la clave se encuentra en colocar al consumidor al centro de las estrategias de negocio con la finalidad de reformular las propuestas de valor y dar prioridad a la rentabilidad.