Tener un vehículo, más de un lujo, se ha convertido en una necesidad en materia de movilidad en Colombia. Sin embargo, las condiciones económicas por las que atraviesan muchos hogares ha puesto a más de uno a reevaluar la posibilidad de adquirir algún bien mueble y, más bien, están contemplando otras alternativas de transporte como la renta o alquiler de un carro.
Cual sea la opción que se elija, en ambas se requiere de un presupuesto, el cual contempla una serie de variables, que en su conjunto permitirán establecer si el dinero que se tiene contemplado gastar para un vehículo se acomoda a la capacidad de endeudamiento.
Si se elige ser propietario, independientemente del modelo del vehículo, se deben tener en cuenta múltiples costos como los impuestos, trámites relacionados con la compra y venta, gasolina, el Soat, seguro todo riesgo, revisión técnico-mecánica y crédito bancario como modalidad de financiamiento.
Ahora bien, si se escoge el de rentar o alquilar un vehículo, donde existen compañías que ofrecen estas opciones, hay otros aspectos que se deben contemplar como kilometraje, tipo de auto, tiempo (día, semanas o meses), cargos administrativos e IVA. Inclusive, según el contrato de arrendamiento, se puede adicionar a esta lista de costos la gasolina.
Con base en lo anterior, La República realizó un ejercicio en donde comparó el gasto que representaría para una persona comprar un carro y/o alquilar uno.
En el primer caso, si se adquiere un Suzuki Swift (uno de los carros más vendidos en el país en el 2022), que tiene un costo promedio de $ 75,6 millones, anualmente el dueño de dicho carro tendría que sacar de su bolsillo alrededor de $ 32,5 millones de pesos.
Por su parte, si la apuesta es por la segunda alternativa, compañías como Localiza, que rentan vehículos similares al modelo antes mencionado, el costo por día puede ascender a los $ 48.382 y si se contrata hasta por 12 meses el valor ronda los $ 17,6 millones.
Sin embargo, si se le adicionan los costos descritos previamente, el gasto promedio anual rondaría los $ 23,7 millones. Esta cifra no incluye costos como el de mantenimiento del vehículo, repuestos, seguros, matrícula, impuestos, entre otros, ya que estos corren por cuenta de la empresa que alquila el bien.
“Este es un modelo de pago por uso que te permite disfrutar de un carro nuevo, como si fuera tuyo, sin las preocupaciones de ser el dueño: no incurres en gastos de propiedad ni adquieres deudas”, destaca el portal Renting Colombia.
Ventajas y desventajas
Para decidir cuál de las dos opciones, frente a tener un vehículo, conviene más. Es necesario revisar las ventajas y desventajas que tienen los mismos. En lo relacionado con la compra se destaca que el carro se puede conducir en lo que se quiera, libertad de personalización y, tras pagar el préstamo bancario, el bien es completamente propio.
En contraste, adquirir un vehículo implica una deuda a largo plazo por concepto del crédito asumido para su financiación (alrededor de cinco años), se es responsable de todos los costos relacionados con el bien y con el tiempo se deprecia, por lo que, si se desea vender, se hará a un valor menor frente al costo inicial.
Por su parte, en lo correspondiente a la renta o alquiler, no se tiene que preocupar por las reparaciones, ni mantenimiento, ni se deben asumir costos como si se fuera propietario; sumado a que según el contrato y el buen historial crediticio que tenga la persona, la compañía puede ofrecer promociones y descuentos mensuales, inclusive cambiar el auto.
Sin embargo, de acuerdo con el contrato se establecen unos límites en el millaje, que de superarse debe hacer pagos adicionales. Se debe responder por golpes, pérdida de llaves, documentos y/o placa, entre otros que se especifiquen en el contrato. Además, el pago que se realice por alquilar un vehículo puede servir para financiar la compra de uno propio.