Las tarjetas de crédito se han convertido en uno de los más importantes instrumentos de pago al por menor, además es una de las opciones más usadas por los colombianos para salir de algún apuro económico, cubrir los gastos de algún viaje o simplemente pagar algún gusto, ya que permiten devolver el dinero en cuotas, y en algunas ocasiones, sin ningún interés.
Adicionalmente, sacar una tarjeta de crédito es una buena alternativa para comenzar a crear una vida crediticia, porque a través de su uso las entidades financieras pueden evaluar qué tan “buena paga” puede ser una persona que a futuro esté pensando en lograr un crédito de una cantidad de dinero mayor.
Aunque este tipo de plásticos tiene sus atractivos, ya que permiten gastar más dinero del que hay en la cuenta en ese momento, no hay que olvidar que se trata de un medio de financiación. Por lo tanto, está sujeto a condiciones y cuenta con un límite de crédito que establece la entidad bancaria.
El límite máximo para una tarjeta de crédito lo define el banco y para ello, analizará aspectos como el nivel de ingresos y las características del cliente, con el objetivo de medir la solvencia y asegurarse de que, en caso de uso del crédito, este se devuelva sin incidencias.
Cada banco tiene su política de riesgos por lo que el límite también puede verse afectado por las normas de cada entidad, a las que se une el del tipo de tarjeta que se contrate.
Una vez fijado el límite, ¿se puede cambiar?
El cupo de la tarjeta de crédito se puede cambiar, tanto para establecer un límite más bajo como para subirlo. De acuerdo con el banco BBVA, en el primer caso no hay ningún problema, pero en el segundo, es probable que haya que pedir autorización a la entidad financiera para que realice el cambio.
Las variaciones en el cupo se pueden hacer de manera temporal, para afrontar un gasto determinado o de forma definitiva. En todos los casos, nunca se debe usar la tarjeta de crédito sin tener la seguridad de que se va a poder devolver el dinero. Si no es así, es mejor buscar otra vía de financiación, ya que los retrasos en las cuotas generan intereses y aumentan la deuda adquirida.
En el caso de que un cliente necesite mayor capacidad de financiación y quiera ampliar el monto máximo disponible, es necesario demostrar que los ingresos del titular aumentaron en comparación al momento en que se le otorgó originalmente la tarjeta. Este mecanismo también debe ser evaluado por la entidad financiera.
Además, es muy importante ser puntual en los pagos pactados y estar al día. No es bueno pagar lo mínimo de lo facturado cada mes cuando se tiene una deuda alta, ni tampoco pedir una renegociación de las deudas.
Todas las entidades financieras tienen sus propios criterios para autorizar un aumento en los cupos de las tarjetas de crédito. Por eso, si una persona recibe una respuesta negativa de su banco ante la solicitud de un aumento de cupo, puede optar por consultar otras entidades e investigar que cupo podrían otorgarle y en qué condiciones.
¿Qué ocurre si no se pagan a tiempo las cuotas?
Si una persona se llega a retrasar en el pago de las cuotas de su tarjeta de crédito se puede acordar con la entidad bancaria una ampliación del límite, preferiblemente temporal hasta que se pueda pagar la deuda y un ajuste de los plazos para poder ir devolviendo el dinero. Estas operaciones deben hacerse antes de que llegue la fecha de vencimiento del pago y, aunque conllevan intereses, por lo menos evitan problemas graves de endeudamiento siempre que se devuelva el dinero puntualmente.
Para no incurrir en deudas, el banco BBVA recomienda tener una buena educación financiera, porque es el mejor instrumento para planificarse y tener una vida tranquila en cuanto a las finanzas personales.