Desde su creación en 1986, el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) nació como una manera de concientizar a los conductores de la importancia de respetar las normas de tránsito. Con el pasar de los años, se ha convertido en un tema polémico debido a la alta evasión y a las precarias condiciones del sistema de salud colombiano. Hoy, la evasión al SOAT llega al 45% de acuerdo con proyecciones de Fasecolda lo que representa que de los 14.880.000 vehículos registrados en el país, hay 6.996.000 que no cuentan con este documento y que, si ocasionan un accidente con heridos o víctimas fatales, tienen que ser cubiertos con recursos del sistema de quienes sí cumplen con las leyes.
La situación sería más crítica de prosperar cualquiera de las 5 iniciativas que cursan en el Congreso de la República donde se proponen descuentos o recargos a la tarifa del SOAT y otra que plantea que este seguro cubra también a los animales. “Las implicaciones de estas propuestas son graves y merecen una revisión cuidadosa”, señala Ángela Húzgame Abella, directora de la Cámara Técnica del SOAT de Fasecolda. La evidencia sugiere que si cualquiera de los proyectos de ley que hoy cursan en el Congreso se implementara, los recursos serían insuficientes para pagar las atenciones de las víctimas de accidentes de tránsito y, de paso, disminuirán los recursos que recibe el sistema nacional de salud. ¿Cabe preguntarse entonces, de dónde saldría el faltante? La solución obvia sería del bolsillo de todos los colombianos que pagan sus impuestos y también de la emisión de deuda del Estado a través de los TES para financiar los recursos que le hacen falta al sistema de salud. En otras palabras, es dinero que pondrían los colombianos del común y por si fuera poco, si la deuda es tan grande que toca emitir títulos de la nación a más de 30 años, también tendría que ser pagada por los colombianos que todavía no han nacido. Esto es así porque el SOAT busca garantizar los recursos para cubrir el costo de esas atenciones derivadas de los accidentes de tránsito donde se presentan lesionados o muertos, hasta el tope de cobertura establecido. En los casos en que el vehículo involucrado no cuente con este seguro obligatorio, se dé a la fuga o no pueda ser identificado, la Administradora de Recursos al Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES) cubre esas atenciones hasta el mismo tope, con recursos que le son transferidos lo que se recauda a través de pólizas del SOAT. De cada $100 que paga un ciudadano de su vehículo, $42 deben ser transferidos por las compañías de seguros a la ADRES. De ese monto, $9,3 son para cubrir las atencioens en salud de los afectados en lso casos en los que el vehículo involucrado no pudo ser identificado, se dio a la fuga, o no está asegurado, y los restantes $32,7 son recursos que se utilizan en el sistema general de salud.
Los proyectos en marcha Las iniciativas en el Congreso de la República avanzan en diferentes direcciones. Por un lado avanzan las que permitirían aplicar un descuento o hacer recargos lo cual pondría en peligro la precaria sostenibilidad del SOAT y colapsaría en algo así como tres años (dependiendo del esquema de descuentos, sería más pronto o más tarde, pero con certeza el sistema colapsaría). Señala la experta que si los recursos recaudados no alcanzan para cubrir los siniestros y la operación del ramo, la autoridad competente debe subir la tarifa del SOAT para darle sostenibilidad al sistema. Así las cosas, la implementación de ambas iniciativas, ya sea para descuentos o recargos, llevaría a enfrentar dos escenarios: el primero, los recursos de las primas no alcanzarían a cubrir a las víctimas de los accidentes de tránsito con cargo al SOAT y con presión al sistema nacional de salud. El segundo, para que no colapse el sistema sería necesario aumentar la tarifa del SOAT para que los descuentos que se otorgarían sean cubiertos, con lo cual, si los precios a hoy generan evasión del 45%, esta se dispararía por los precios más altos. “Si realmente se quiere disminuir la tarifa del SOAT sin perjudicar el sistema de salud y de forma sostenible, el quid del asunto está en lograr que se requieran menos recursos para la atención de las víctimas de accidentes de tránsito ¿cómo se consigue esto? con seguridad vial, con cultura y con más control”, dice Húzgame. En cuanto al proyecto de ley que pretende que el alcance del SOAT se extienda a los animales, es preciso resaltar que los recursos apenas alcanzan para atender a las personas, precisa. ¿Cómo se pretende cubrir la atención de los animales? Si ya hay tantas modalidades de fraude al SOAT, ¿hasta dónde llegarían los inescrupulosos si el seguro cubre a los animales? ¿cómo se pretende controlar un eventual maltrato animal generado solo para cobrar alguna indemnización al seguro? Cabe recordar que no solo el Legislativo ha formulado este tipo de propuestas. Desde Fenalco Bogotá también se sugirió que el SOAT sea objeto de una modificació y esta consiste en que primero deba exigirse la Revisión Técnico Mecánica para poder comprar el SOAT y no que sea al contrario, como viene ocurriendo actualmente. Esto porque la evasión de la RTM llega al 53% en todos los vehículos y el 66% de las motos no está al día con esta obligación.