El actor norteamericano Will Smith una vez dijo que los seres humanos “gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para impresionar a gente a la que no le importamos”.
Esta frase, sin duda, a más de uno le cae, debido a que en algún momento de la vida y en lo que respecta a las finanzas personales, han sido más los desaciertos que los aciertos.
Para no repetir el error, el economista Nicolás Litvinoff habló en La Nación, de Argentina, de un listado de las cinco peores decisiones financieras que se espera ninguna persona tome o, si ya incurrió en alguna, que quede como lección de vida aprendida.
En primer lugar, el experto califica como un total error “gastar dinero en el casino, lotería u otros juegos de azar”.
Señala: “Estadísticamente hablando, es mucho más probable que nos caiga un rayo en una noche de tormenta que acertar los números ganadores de la lotería. No lo digo yo, lo dicen los estudios encabezados por el profesor Víctor Muñoz, de la Facultad de Ciencias Universitarias de Chile, que halló una probabilidad promedio de 1 en 4,5 millones de ganar el loto”.
“Y, si hablamos del casino, ya lo sabemos: la banca siempre gana. Por lo tanto, cambiar ahorros por juegos de azar es un camino seguro para vivir en la escasez de dinero, mientras seguimos soñando con que llegue ese día donde daremos ‘el gran golpe’ que nos salvará de por vida”, acotó.
Seguido, a esto, se encuentra “usar la tarjeta de crédito como una extensión del sueldo”. Al respecto, manifiesta: “Contrariamente a lo que cree la gran mayoría, comprar en cuotas con la tarjeta de crédito no es conveniente ni siquiera en economías inflacionarias como la nuestra, salvo que estemos hablando de compras a tasa subsidiada”.
“El plástico que llevás en tu billetera no es una extensión de tu sueldo, sino más bien un acceso inmediato al endeudamiento con tasas que de interés que se encuentran por encima del 100 %”, aseveró.
Como tercera peor decisión financiera está “invertir en instrumentos que no entendés cómo funcionan”. Aquí, pone en contexto las abrumadoras, incluso tentadoras, por las maravillosas ganancias que le promete al ciudadano incauto, inversiones en fondos de minería de criptoactivos, fondos agrarios especulativos, fondos de trading de acciones y demás instrumentos similares.
“Cuando se carece de energía o tiempo para estudiar sobre inversiones, la mejor decisión continúa siendo concentrar ahorros en moneda dura y abajo del colchón. La peor es invertir siguiendo el instinto y delegar la responsabilidad última en un ejecutivo de cuenta de un banco o una sociedad de bolsa que jamás nos compensará por nuestras pérdidas”, resaltó.
En el cuarto puesto se encuentra “no poseer un ahorro para emergencias”. Litvinoff sostiene que contar con estos recursos, además de “proteger de malas decisiones” al ser un colchón financiero, da tranquilidad a la persona que lo posea, en especial cuando se queda sin empleo y/o tiene que responder ante gastos inesperados.
“Muchas son las personas que deciden vivir al día, sin ahorros de emergencia. ¿Cuáles son sus razones? Piensan que es innecesario, que estarían llamando a las desgracias o simplemente les da pereza”, mencionó.
Finalmente, la quinto peor decisión financiera es “no aplicar la regla 50/30/20″, que consiste en que el 50 % de los ingresos deben ser destinados a los gastos necesarios, el 30 % a los gastos deseados y el 20 % restante al ahorro, que luego se convertirá en inversión.
“El 20 % restante (¡o al menos el 10 %!) debe destinarse primero a la construcción del fondo de emergencias y luego, al ahorro, que puede tener varios objetivos: ahorro para consumir, ahorro para invertir y ahorro para emprender”, recalca.
En conclusión, si alguna de estas malas decisiones financieras suenan familiares, el experto invita al ciudadano a no culparse y, en vez de ello, ocuparse a modificar estos “malos hábitos” en torno a las finanzas personales, para “actuar antes de que sea tarde y [evitar] la montaña de deudas te tape el horizonte”.