Aprender a conducir es uno de los principales objetivos que tienen muchas personas, pues no solo es una opción para movilizarse con mayor facilidad, sino que también se convierte en una alternativa de trabajo. Sin embargo, muchas personas que aprenden a conducir un vehículo mecánico desconocen por completo los cuidados que deben tener algunas partes del automóvil.

Entre las partes más complejas de un vehículo es el clutch, que es el que permite que el vehículo puede arrancar de forma correcta y también que los cambios no se realicen de forma brusca. Entre sus funciones está frenar la transmisión de la potencia y torque del motor, mientras se realizan los cambios para que el motor se acople a la nueva indicación.

Como tal, el clutch suele ocasionar ciertos dolores de cabeza cuando con el paso del tiempo y la experiencia se van adquiriendo malas costumbres que aceleran el descaste y el deterioro de esta parte del vehículo. A continuación, se relacionan algunas malas prácticas que pueden averiar el embrague de los carros:

  • Una de las prácticas más comunes en muchos conductores que perjudican la funcionalidad del vehículo es mantener el pie en el pedal de embriague o como se le conoce, clutch. Esto no solo produce cansancio en el pie, sino que también puede indicar un mayor desgaste, ya que al presionarlo continuamente produce un efecto de separación de la trasmisión que va forzando más el vehículo.
El mantenimiento de un vehículo es esencial para su correcto funcionamiento. | Foto: Getty Images
  • Pisar el pedal mientras se está deteniendo es otra mala práctica, porque aunque no se requiere ninguna fuerza del motor, el plato de presión de sistema de clutch va perdiendo tensión al momento de estirar el cable de mando sin ninguna necesidad. Adicional a ello se genera un mayor desgaste.
  • Forzar en cluth en una subida es una práctica que se debe evitar. En caso de no tener la práctica necesaria para arrancar sin necesidad de forzar el embrague en una pendiente, lo mejor es acudir al freno de mano para arrancar.
  • En ocasiones, se puede caer en el error de acelerar cuando se oprime el pedal, lo cual fuerza innecesariamente el motor, desgasta el disco de embrague y se produce una fricción innecesaria pero muy perjudicial para el vehículo.
Pisar el pedal mientras se está deteniendo es otra mala práctica | Foto: Getty Images
  • Otra mala práctica es no pisar a fondo el pedal cada vez que se realiza un cambio de marcha. Esto suele suceder porque muchas veces, por realizar la conducción de forma mecánica en el cerebro, no se pisa con fuerza el clutch. Como consecuencia de esto se puede forzar la transmisión y en ocasiones, se escucha un incómodo ruido desde la caja de cambios.

Esto se debe tener en cuenta para llevarlo a revisión

Cada cierto tiempo un carro debe pasar por una revisión mecánica para mantener el motor y la maquinaría en condiciones ideales. Por ejemplo, los técnicos recomiendan realizar el primer mantenimiento a los 5.000 kilómetros, el segundo a los 10.000 y a partir de ahí, aproximadamente, cada 15.000 o 20.000 kilómetros.

De acuerdo con un informe de Goodyear, hay que tener en cuenta algunos consejos un mantenimiento preventivo correcto del vehículo.

Por ejemplo, está la revisión y cambio de llantas. Por seguridad y la de los acompañantes, las llantas deben ser cambiadas una vez que llegan a su límite de desgaste el cual es 1.6 mm.

Además, existen otros factores que influyen en el cambio, como lo es el estado de la banda de rodamiento, que cumple la función de tener el contacto con el suelo. Sin embargo, debe entenderse a la llanta como un todo, ya que debe estar en óptimas condiciones para mantenerlas en operación; de lo contrario, es importante asistir al taller o serviteca cercano para su evaluación.

En cuanto a los frenos, existen cuatro maneras de detectar un problema, para llevarlo a revisión técnica lo más pronto posible y evitar accidentes. | Foto: Getty Images

Aceite y frenos

Por otra parte, está el cambio de filtros y aceite. Este varía según la marca y modelo del vehículo, pero se recomienda realizar el cambio entre los 15.000 y 20.000 kilómetros de recorrido y aunque se puede realizar en el hogar, es importante que sea un experto quien lo realice, ya que la cantidad de aceite depende del tamaño del motor y esto lo identificará el mecánico de forma rápida y segura.

En cuanto a los frenos, existen cuatro maneras de detectar un problema, para llevarlo a revisión técnica lo más pronto posible y evitar accidentes. La primera es a través de las pastillas y los discos del freno.

Las pastillas se suelen desgastar y lo que se debe revisar es que su grosor sea de al menos medio centímetro. Otra forma de notar desperfectos es si al momento de conducir y presionar el freno, el vehículo realiza giros inesperados, o se sienten vibraciones; lo que puede significar que no ejercen presión de manera uniforme, y finalmente, cuando se tiene la sensación de pedal irregular, lo que puede ocurrir debido a una falla en el sistema hidráulico por fugas de líquido. En este caso es mejor llevar el vehículo al servicio técnico.

Batería y correa

Por otra parte, las baterías suelen durar en promedio de 3 a 5 años. Sin la batería funcionando, el auto tendrá problemas para arrancar, ya que no habrá energía suficiente para encender el motor.

En tal sentido, en el mantenimiento preventivo se debe revisar que la batería y sus conexiones se encuentren limpias, firmes y libre de corrosión, los cables también deben encontrarse en perfecto estado.

Así mismo, dentro de las revisiones del mantenimiento preventivo es importante revisar la correa del motor, ya que su función es unir a los diferentes equipos del vehículo para que el motor pueda moverlos.