Para el 31 % de los hogares en Colombia su situación financiera empeoró durante los últimos meses del año, lo cual indica un efecto progresivo en la percepción negativa que tienen los hogares de sus finanzas.
Así lo dio a conocer un estudio de Kantar, división Worldpanel, en el que se estableció que los hogares que más han sentido el impacto inflacionario son los NSE (Nivel Socio Económico) 3 y 4, con amas de casa mayores de 50 años y familias pequeñas.
Mientras que los NSE altos declaran que su situación se ha mantenido estable en el tiempo. Solo hogares de tipo 2 son más optimistas y declaran que han visto una leve mejora en sus finanzas.
Ciudades y tendencias
Por otra parte, las ciudades más afectadas en este sentido son Bogotá, Medellín y Barranquilla, donde más de un 30 % de los encuestados respondieron que su situación financiera ha empeorado este último año.
Por su parte, en Cali, los encuestados declararon que su situación se mantuvo estable; y en Bucaramanga, un 16 % declaró que su situación ha mejorado.
Si de habla de patrones de compra, se observan diferentes tendencias por nivel socioeconómico; los niveles socio económicos 2 y 3 dijeron que se volcarán a buscar opciones más económicas de los productos de consumo frecuente, haciendo cambios a marcas de menor precio y considerarán promociones.
En cambio a los NSE altos, al no tener una situación financiera tan comprometida declaran que, principalmente, reducirán costo en otro tipo de actividades de ocio como salir a comer a restaurantes y viajar.
Las categorías
De igual forma, se preguntó a los hogares cuáles son las categorías que dejarían de comprar o en las que reducirían su consumo si continúan subiendo de precio.
En tal sentido, se pudo identificar que existe una tendencia transversal a todos los NSE y en las 5 principales ciudades del país (Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y Bucaramanga).
El 66 % de los hogares declararon que van a disminuir consumo o dejar de comprar salados, bebidas alcohólicas para el consumo en el hogar (por ejemplo, cervezas), gaseosas, jugos en caja, maltas, igual que bebidas lácteas (como kumis y yogurt).
En algunas de estas categorías ya se evidencia una disminución en el grado de consumo en los distintos perfiles del consumidor.
Además, una de las más afectadas es la categoría de snacks, en la que se observa una relevante baja, tanto en su volumen como en su facturación, en los últimos 6 meses. La categoría ha sufrido un alto incremento de precios en los últimos 3 meses lo que la viene afectando sostenidamente.
En cuanto a la canasta de lácteos, es la más afectada, en un 15 %, por su disminución de su volumen en las 5 principales ciudades del país y para todos los estratos.
Así mismo, otra categoría que sufre una fuerte caída en volumen es la de productos frescos, principalmente afectada por carne de res y cerdo. En el último año móvil, esta categoría también perdió un 15 % de volumen.
El comportamiento de la canasta continuará fluctuando, las categorías que seguirán evidenciando mayor impacto son las básicas. Además, al no tener un mayor cambio en la presión inflacionaria, los aumentos de precios persistirán siendo evidentes en cada visita a los supermercados o compra. Esto, directamente impactará en las prioridades de cada hogar, sus necesidades y posibilidades financieras.