Uno de los primeros proyectos reformistas que impulsó el Gobierno Petro y en el que logró su rápida aprobación fue el de reforma tributaria. Con este, el mandatario modificó y agregó ciertos impuestos para garantizar las políticas sociales que prometió en campaña. Aunque para algunos fue visto como un logro, lo cierto es que muchos colombianos también lograron percibir los efectos negativos de dicha reforma, pues tuvieron que asumir con su bolsillo mayores costos.
Uno de los tributos que más golpeó a distintos hogares fue el de los impuestos saludables, pues a pesar de tener un objetivo beneficioso para la salud pública, lo cierto es que también impactó el poder adquisitivo, pues productos como las gaseosas, las papas fritas, los pasteles y otros alimentos similares, tuvieron un incremento notorio en su precio, tendencia que seguirá hasta 2025.
Fueron dos las categorías que más impactaron al bolsillo. La primera fue la de bebidas ultraprocesadas y azucaradas. La segunda fue la de productos comestibles, ultraprocesados industrialmente y que tienen alto contenido de azúcar, sodio o grasas saturadas. En algunos alimentos, la tasa de impuesto que se debe pagar es proporcional al contenido azucarado que tiene esta, por lo que también se vuelve un motivante para que las empresas reduzcan sus niveles de glucosa en los alimentos.
Un reciente estudio de la firma Kantar, que analiza cifras de consumo, dejó ver cuáles fueron los efectos reales de estos impuestos sobre las tendencias de compra de los colombianos, demostrando que algunos productos ya escasean en las cocinas de los colombianos, debido al elevado costo que ahora presentan en el mercado.
Uno de los datos más impactantes del estudio es el que revela que fueron tres las categorías más afectadas en términos de volumen de compra. Los productos más golpeados fueron el té líquido, la leche saborizada y los chocolates o chocolatinas, con una baja en las ventas que estuvieron dentro del 5 y el 20 % durante los primeros dos meses de la implementación del impuesto.
Respecto a la reducción en el consumo de estos productos, en el último bimestre del año 2023, se observó un aumento del 14 % en el gasto total de la canasta de alimentos ultraprocesados, en comparación con el año anterior. Dicho dato se contrasta con un aumento del 9 % en el desembolso de otras categorías que no estaban sujetas a impuestos.
“Los hogares están adaptando sus decisiones de compra para preservar sus gastos. Por un lado, están reduciendo la frecuencia de compra de productos gravados, lo que se tradujo en una disminución del 6 % en un trimestre. Por otro, algunos consumidores han optado por migrar hacia marcas más económicas, lo que ya ha resultado en un aumento de 1 % en la participación de mercado de estas”, indica el informe de Kantar en uno de sus apartes.
Respecto a las categorías que el impuesto saludable está impactando, el estudio afirma que no sólo da un golpe a la canasta de los ultraprocesados, sino que también repercute en categorías que no están sujetas al impuesto, pues en algunos casos lo que las familias hacen es dejar de comprar otros productos que no tienen el impuesto, para así lograr adquirir los ultraprocesados dada la necesidad de consumirlos.
“Estas implicaciones sugieren que la industria debe comprender la dinámica específica de cada categoría y anticipar el impacto a medida que el impuesto aumente en los próximos años. Es crucial no solo proyectar la afectación en el consumo, sino también establecer metas de demanda, ajustar la capacidad productiva y desarrollar estrategias que incentiven el consumo y generen valor agregado para mitigar el impacto en el volumen debido al aumento en los precios”, afirma el estudio.