Mientras que algunas personas son bastante juiciosas en materia de sus finanzas personales, otras tienden a ser un poco más relajadas y pasan por alto elementos que, aunque parecen intrascendentes, a largo plazo podrían cobrar mayor relevancia.
Las cuentas de ahorro, por ejemplo, son uno de los productos más requeridos ante las entidades bancarias. Los clientes disponen de estos servicios para recibir el pago de su salario, así como otras transacciones.
A pesar de que todos los bancos ponen a disposición de sus clientes información detallada con todos los movimientos, es decir, su estado de cuenta, no todas las personas acostumbran a revisarlo con detenimiento.
En general, los extractos o estados de cuenta muestran la misma información:
- Dinero recibido (ingresos).
- Dinero gastado (egresos).
- Intereses ganados.
- Cuota por manejo de tarjeta.
- Impuesto 4x1.000.
En resumen, todos los movimientos que ha tenido la cuenta durante un periodo determinado están especificados en el extracto. Ahora bien, ¿por qué es conveniente revisarlo periódicamente?
1. Seguridad
Los ciberdelincuentes siempre están al acecho y, precisamente, las cuentas de ahorro de las personas suelen ser un blanco apetecido. En ocasiones, inescrupulosos pueden hacer de las suyas para hackear las cuentas.
En ese orden de ideas, es conveniente monitorear el estado de cuenta para verificar que no haya movimientos fuera de lo normal.
2. Pagar el 4x1.000 sin saberlo
En Colombia existe un impuesto denominado 4x1.000 o cobro del Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF). Según la legislación, este va sobre todas las salidas de dinero (retiros, pagos y transferencias) que se den en la cuenta de ahorros.
En todo el sector financiero, las personas pueden tener una cuenta sin el cobro del 4x1.000. No obstante, algunas pueden estar pagándolo sin siquiera darse cuenta, pues no comprueban el extracto para evidenciarlo.
De ser el caso, si la persona solo maneja una cuenta de ahorros y le están cobrando el 4x1.000, puede proceder con el trámite pertinente para que esta sea exenta de dicho impuesto.
3. Cuota de manejo
Con este detalle sucede lo mismo que con el 4x1.000. En ocasiones, los bancos ofrecen productos en los que no cobran manejo de tarjeta durante un tiempo determinado, aunque el cliente puede olvidarlo eventualmente.
De ser el caso, puede darse un escenario en que desaparece una cierta cantidad de dinero sin explicación. Pues bien, por lo general corresponde al famoso manejo de tarjeta y el valor exacto del cobro aparece detallado en el estado de cuenta.
4. Organización financiera
Un ejercicio válido, pero poco habitual, consiste en estudiar detalladamente el estado de cuenta para establecer la relación entre ingresos y egresos, es decir, tener claro si se está gastando menos o más de lo que se recibe.
Teniendo en cuenta que los estados de cuenta ofrecen información bastante detallada respecto al manejo que se la ha dado al capital propio, las personas pueden tomar ese insumo como punto de partida para emplear sus recursos de una manera más inteligente, evitando que llegue el fin de mes y los ahorros se hayan esfumado.
Los números que nunca debe usar en la clave de su tarjeta de crédito o débito
Muchas personas acuden a las tarjetas de crédito y débito para desenvolverse financieramente. De esta manera, limitan el uso de dinero en efectivo y realizan sus pagos digitalmente.
Con el uso de estas alternativas viene asociado un detalle que, aunque común, no debe tomarse a la ligera: la elección de una clave.
Se trata de cuatro números que representan la diferencia entre seguridad y vulnerabilidad. Si bien hay quienes eligen series que no olvidan con facilidad, es importante tener en cuenta algunos elementos para elevar la protección.
Ante el latente riesgo de convertirse en una víctima más de los ciberdelincuentes, una clave potencialmente segura puede ser de gran ayuda. Para ello, el primer paso es no disponer un camino sencillo para los maleantes con series de números fáciles de adivinar o deducir.
Números que no se deben usar como clave
1. Dígitos consecutivos o que se repitan: en el afán por elegir una clave fácil de recordar, algunas personas pueden caer en el error de establecer contraseñas con patrones obvios, por ejemplo, ‘1234′, ‘0000′ o ‘1111′.
2. Fechas de nacimiento: el año en que la persona nació o su fecha de nacimiento puede configurar una clave tentadora; sin embargo, a los ojos de los ciberdelincuentes, también es fácil de descifrar. Este peligro aumenta cuando los maleantes le han seguido la pista a su víctima o conocen información relacionada.
3. Asociados a datos personales: los últimos cuatro números de la cédula, los primeros dígitos del número de celular o cualquier otra serie relacionada con datos personales de la persona también puede sonar como una clave fácil de recordar. Sin embargo, también resulta peligrosamente fácil de descifrar para los ciberdelincuentes.
En general, las entidades bancarias recomiendan establecer contraseñas que no guarden relación con los puntos mencionados previamente. Así mismo, sugieren modificarla frecuentemente.