A pesar del desplome en las cifras de ventas de vehículos en Colombia, con corte a mayo del 2023, en las calles del país circulan 9.547 nuevos carros eléctricos. Poco a poco esta tecnología va tomando fuerza entre los consumidores, apalancado con algunos beneficios, principalmente en materia tributaria, que incentivan la adquisición de estos automotores.
Si bien es una alternativa de movilidad mucho más sostenible, desde el momento de la compra, es importante tener en cuenta lo que debe pagar, más allá del precio neto del vehículo, por concepto de impuestos, adecuaciones y mantenimientos. No obstante, dichos vehículos tienen algunos beneficios, como la excepción del pico y placa, en algunos países.
Independientemente del modelo de vehículo que desee adquirir, si es eléctrico, el combustible es la electricidad. Aunque poco a poco se han ido instalando electrolineras, que usualmente se colocan junto a las estaciones de servicio tradicionales, en su vivienda debe adaptar un punto de carga, por lo que tendrá que hacer ciertas adecuaciones en su inmueble para la instalación.
Si bien en la actualidad hay muchas empresas que prestan el servicio de instalación del punto de carga, con los accesorios necesarios para cada vehículo o necesidad, se debe contar, mínimo, con dos millones de pesos adicionales al costo del vehículo. La tarifa varía dependiendo la marca y modelo del automotor, así como las adecuaciones que se deban hacer en el inmueble.
Según la Ley 1964 de 2019, cuyo objetivo es promover el uso de vehículos eléctricos en Colombia, existen algunos beneficios tributarios para los propietarios de esas máquinas. Cabe destacar que todos los carros y motos nuevos deben pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que actualmente es del 19 % del precio neto.
Dependiendo el modelo y costo, puede aumentar entre el 8 % y el 16 %, aunque, en el caso de los vehículos híbridos y eléctricos, el IVA es del 5 %. Para estos, el arancel por la importación es del 0 % (dependiendo el país de procedencia y los cupos disponibles).
A esto debe sumarle los costos de matrícula y el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (Soat). En algunas ciudades o municipios se hacen reducciones para estos vehículos, en las tarifas de matrícula y respecto a la póliza, reciben un 10 % descuento todos los modelos y marcas.
Además, por ley, el impuesto vehicular para modelos eléctricos no puede superar el 1 % del avalúo comercial.
Otros descuentos están sujetos para las revisiones técnico mecánicas, a los eléctricos no se les aplica el tema de gases, por la naturaleza de su combustible, pero, las tarifas son más bajas, en comparación con los vehículos ordinarios. Así mismo tienen tarifas y espacios especiales en los parqueaderos, entre otros beneficios.
Aun así, algunos sectores temen que se cambie la normativa en materia de beneficios, teniendo en cuenta que inicialmente estas políticas están fijadas para que el periodo de incentivos vaya hasta el 2027. Uno de los problemas, sería el borrador de decreto que anda elaborando el Ministerio de Comercio, que aunque busca mantener el arancel cero, sigue limitando los cupos de importación.
Según la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), estas medidas truncan la transición energética, y no fomentan el cambio hacia estas energías, pues la industria no sigue teniendo medidas restrictivas.
“Restringir los beneficios para importadores de vehículos eléctricos puede ser contraproducente, obstaculizando la adopción de vehículos más limpios y eficientes. Esto no solo contribuiría a reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire, sino que también podría generar empleo y desarrollo económico en el país”, detalló Oliverio García, Presidente de la agremiación vehicular.