Los recursos de los que dispone el ser humano hoy en día no son ilimitados, y eso lo tienen muy claro las naciones alrededor del mundo que se han unido con el ánimo de promover prácticas más sostenibles, orientadas a la conservación del planeta.

Uno de los renglones más importantes en la hoja de ruta que se ha trazado es la labor de las organizaciones, especialmente con su oferta de servicios y productos. Es debido recordar que actualmente la transición hacia la sustentabilidad está señalada entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de las Naciones Unidas.

El punto número 12 de este listado se refiere a la producción y consumo responsables, precisando que “el progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro”.

Así lo han comprendido no solo los gobernantes y empresarios, sino también los ciudadanos, quienes son cada vez más conscientes del impacto que tienen sus acciones sobre el territorio en el que viven y se han sumado a la tendencia de adoptar un estilo de vida más responsable en el uso de los recursos.

No es la regla general, eso es claro, pero es un avance importante en línea con la meta de garantizar la supervivencia y progreso del ser humano, así como la conservación del planeta. Quizá uno de los desafíos más retadores para fomentar esta transición está en aclarar muchas de las creencias alrededor de la sostenibilidad, como su relación costo-beneficio.

Justo en esa línea, un sondeo procuró indagar si las personas realmente están dispuestas a pagar más por un producto o servicio sustentable, en contraste con la percepción que tienen las empresas al respecto. Para ello, se contó con una población de estudio conformada por 75 ejecutivos con poder de decisión dentro de sus empresas y 1.800 consumidores de los sectores industriales, consumo masivo, energético y financiero.

El análisis de Boston Consulting Group (BCG) contó con la participación de encuestados de seis países, entre ellos, Colombia. Los datos recogidos por la consultora revelan que alrededor del 50 % y 70 % de las personas estarían dispuestas a invertir más dinero para adquirir algún producto o servicio que se clasifique como más sustentable. La variación está sujeta al tipo de producto y el sector al que pertenezca.

“Uno de los hallazgos más interesantes es con respecto a los consumidores. Si bien el 73 % de los ejecutivos opinan que los clientes valoran las empresas que buscan ser más sustentables, solo el 36 % de los ejecutivos creen que los clientes están dispuestos a pagar más por productos más sustentables”, resaltó Ángel Martínez, managing director y socio de BCG.

El experto hace referencia a otra pregunta del sondeo, en la que se le preguntó a los ejecutivos su percepción sobre la disposición de las personas a invertir más para adquirir productos o servicios más sostenibles. Ante esta cuestión, únicamente el 36 % respondió positivamente, lo cual contrasta con el interés expresado por más de la mitad de los consumidores encuestados.

Cabe decir, además, que el criterio de la sustentabilidad no es solo tenido en consideración al realizar una compra, sino también en la búsqueda de un empleo. En este sentido, el 67 % de las personas consultadas afirmó “sentirse más motivadas a permanecer a un empleo si su compañía tiene un compromiso de reducción de emisiones de carbono”, señaló BCG.

Pero, además, más de la mitad (56 %) aseguró prestar atención a la sustentabilidad de una empresa al aplicar a un nuevo empleo. Lo anterior da muestra del interés creciente de las personas en adoptar prácticas responsables en los distintos ámbitos de la vida.