Cuando se adquiere un crédito u obligación con alguna entidad bancaria es importante que la persona esté al día con el pago de las cuotas. Sin embargo, puede suceder que por alguna situación particular se comiencen a tener dificultades para pagar a tiempo, ante lo cual, se deben tomar medidas para que este retraso en el pago o ausencia, termine trasladándose al historial crediticio.
Una alternativa y la recomendada por los expertos es solicitar la refinanciación de esa deuda, lo que permitirá cumplir con los pagos sin que ello lleve a comprometer las finanzas; sino que, por el contrario, ayudará a no caer en mora y no incurrir en mayores gastos. Sumando a que eso evitará quedar como “mala paga” ante la entidad que le otorgó el préstamo.
Así las cosas, además de mejorar el plan de pagos, la refinanciación vuelven más fácil la atención de la deuda, porque ayuda a disminuir el valor de la cuota mensual frente a la inicialmente pactada y permite que no se descuiden otras obligaciones crediticias y responsabilidades personales. Sin embargo, tenga en cuenta que cuando se realice dicha solicitud, se afectan los intereses, ya que se cambian los términos del crédito vigente y estas se ajustarán, llevado a que el plazo se extienda más y se aplicará una nueva tasa.
Si se va a tramitar una refinanciación, Datacrédito Experian da a conocer cinco recomendaciones a tener en cuenta para que este proceso sea exitoso.
1. Porcentaje de pago: dependiendo de la entidad financiera, los montos establecidos para refinanciar pueden variar, por lo que es importante que consulte para su caso en particular qué porcentaje de la deuda ya debe estar saldada para poder solicitar una refinanciación.
2. Antigüedad: otra de las condiciones que se deben tener en cuenta a la hora de solicitar una refinanciación es la antigüedad del préstamo, por lo general existen periodos de tiempo específicos para tramitar la solicitud de esta naturaleza.
3. Nuevas condiciones: cuando se hace el refinanciamiento de una deuda, hay que tener presente las condiciones bajo las cuales empezará a pagar esta nueva obligación. No olvide algunos criterios principales como el nuevo plazo ligado a las cuotas, la tasa de interés y los seguros asociados al crédito.
4. Modalidades de refinanciación: si bien la refinanciación se refiere al cambio de condiciones sobre una obligación existente, por ejemplo, solicitar una ampliación en el número de cuotas también es una opción, o si se tienen varias obligaciones, en este caso, se puede solicitar un nuevo crédito que recoja todos los compromisos y así pagar una sola cuota más cómoda.
“Si las opciones de su entidad no le convencen, puede consultar con otras entidades que realicen compra de cartera. Para esta última es muy importante hacer una comparación entre el crédito actual y la nueva oferta de forma que si se tenga un beneficio en términos de reducción de cuota (para mayor liquidez) o disminución de tasa de interés”, destacó.
5. Historial crediticio: La historia de crédito recoge información sobre nuestros compromisos adquiridos con productos o servicios a plazos con diferentes entidades, conocer nuestra historia de crédito siempre es una buena opción para controlar las finanzas personales y tomar decisiones informadas en el ciclo de crédito antes de refinanciar un compromiso.
“Refinanciar un crédito es una opción viable si, aun estando al día con sus cuotas, se prevé que no se podrá seguir abonando con puntualidad las mensualidades, en este caso, se sugiere revisar las condiciones específicas de su préstamo y junto con su entidad financiera determinar qué opciones tiene para amortizar sus pagos mensuales y que estas sean más cómodas de asumir”, puntualizó Camilo Garay, vicepresidente de Consultoría de Datacrédito Experian.