Los hábitos y costumbres son parte esencial del día a día de las personas en todo el mundo. Mantener una rutina y adquirir una frecuencia y constancia frente a las cosas que se hacen o dejan de hacer es muy importante a la hora de forjar un estilo de vida, ya que puede ayudar por ejemplo, a conseguir un cuerpo saludable, para quienes hacen ejercicio, o dominar un segundo idioma, en el caso de aquellos que practican otra lengua.

En el caso de las finanzas personales, la construcción de buenos hábitos y comportamientos puede ayudar a las personas a cumplir metas como ahorrar, alcanzar un dinero extra para invertir o simplemente llegar a fin de mes sin tener que pasar apuros o recurrir a endeudarse. También es clave a la hora trazarse metas como estudiar o comprar una casa, las cuales no son para nada fáciles.

Con el paso del tiempo este ha dejado de ser un tema exclusivo de la academia o de expertos que creen tener la verdad guardada en un frasco. Cada vez más personas se interesan por llevar una vida financiera saludable y están adoptando cambios en su estilo de vida para poder cumplir esta meta.

Las finanzas personales hacen parte de los conocimientos para la vida, según expertos. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Ahora bien, todo esto es más sencillo cuando se ve en el papel, que cuando se pone en práctica, ya que restringirse es una tarea en la que muchas veces las personas claudican. Así mismo, según los expertos, existen una serie de malos hábitos que deberían ser corregidos en un principio por aquellos que desean alcanzar esta meta, ya que favorecen la llegada de la pobreza.

De acuerdo con Market Dynamics, así suene fuerte, las personas pobres en su mayoría solo trabajan para obtener un sueldo, pagar sus deudas y seguir así mes tras mes. En pocas palabras, trabajan para el dinero y no hacen que esta dinámica sea al contrario, es decir, que el dinero trabaje para ellos. Estos expertos hablan de siete hábitos a eliminar.

El primero es comprar sin sentido, dejar que el consumo los consuma. No hay que olvidar que en pleno siglo XXI, el consumismo es una de las tendencias que más fuerza tiene, básicamente se ha implantado la idea de que hay que tener para ser o estar a la par con los demás. En pocas palabras, se invita siempre a gastar dinero.

“La realidad es que si sigues gastando tu dinero en cosas o experiencias que asumes que te harán feliz, cuando lo que ocurre es que solo sirven para suplir momentos, el resultado va a ser que tu cuenta bancaria será un cúmulo de restas”, indicaron estos expertos en un análisis sobre el tema.

Así mismo, en segundo lugar está usar la tarjeta de crédito como una herramienta para vivir por encima de las expectativas, olvidando que esto es un crédito de consumo y que como tal, no solo acarrea el dinero prestado, sino una serie de intereses que al final se terminan devorando las finanzas de quienes abusan. “Una tarjeta de crédito lejos de ayudarte ante una emergencia, puede convertirte en un esclavo de un compromiso”.

El tercer mal hábito es ceder ante la tentación y terminar comprando aquellas cosas que no se pueden pagar. En este punto hay que alejarse de las ofertas o los créditos que ofrecen muchas tiendas. Siempre es bueno vivir en el marco de las posibilidades o por debajo si es posible, con el fin de dejar siempre un margen libre de ganancias que ayuden a combatir la cuarta problemática: no ahorrar.

Lo ideal, según los expertos, es que las personas guarden al menos el 10 % de lo que ganen cada mes, esto con el fin de tener siempre un remanente para casos de emergencia, darse un gusto inesperado o invertir y generar ingresos extras. Siempre será mejor vivir de los ahorros, que recurriendo a endeudarse.

Precisamente, frente a los ingresos extra, se da el quinto mal hábito de las personas, el cual es depender de una única fuente de dinero, que generalmente es el salario que se recibe cada mes. Lo ideal es que las personas puedan recurrir a tener una segunda fuente de recursos y no dejar todos los huevos en la misma canasta. Para lograr esto se puede empezar por ahorrar y, cuando se tenga un monto considerable, montar un negocio o poner a rentar esa plata.

Por último, en el sexto y séptimo mal hábito que generalmente llevan a las personas a la pobreza, están el no tener un plan de metas y no recurrir a la asesoría de expertos. Viajar por el mundo sin una lista de objetivos o un rumbo trazado hacia dónde se quiere llegar. En este tipo de trabajos siempre es bueno tener presente que ya muchas personas recorrieron este camino y pueden dar luces sobre cómo hacerlo.