Pese a que apenas lleva poco más de un mes, el 2023 se ha convertido en un año de grandes retos y expectativas para la economía colombiana, no solo a nivel macro sino también en lo que concierne al bolsillo de la gente en las calles y las finanzas del hogar; donde cada vez hay que hacer más piruetas para poder llegar a fin de mes; por culpa de flagelos como la inflación, la subida de tasas de interés y el fantasma de una recesión económica, que si bien no golpea directamente al país, sí genera un halo de incertidumbre en las grandes potencias.
Actualmente los bancos centrales de todo el mundo, incluido el Banco de la República, libran una batalla frontal contra el acelerado aumento del costo de vida que se ha dado en los últimos meses como respuesta a la apertura económica y de mercados que se creó en tiempos de pandemia. Hoy en día el precio de los alimentos, el transporte, la vivienda y los servicios públicos son los que más están incidiendo en que esto suceda, mientras que se elevan las tasas de interés para desacelerar el consumo.
En el contexto local, no hay que olvidar que el Emisor ordenó a finales de enero una nueva subida en las tasas de interés, en 75 puntos básicos, que las lleva al 12,75 %, desde el 12 % en el que se encuentran actualmente. Esta medida hace parte de la política monetaria que se viene aplicando desde hace más de un año, con el fin de hacer frente a la inflación que sigue en uno de sus puntos más altos, apretando cada vez más el bolsillo de los hogares, y actualmente se ubica en sus niveles más elevados del último siglo.
En Estados Unidos, la Fed (Reserva Federal o banco central estadounidense) elevó su tasa de interés objetivo en un cuarto de punto porcentual el pasado miércoles -1 de febrero- pero continuó prometiendo “aumentos continuos” en los costos de los préstamos como parte de su batalla aún no resuelta contra la inflación.
Según esta autoridad monetaria, la guerra de Rusia en Ucrania, por ejemplo, todavía se consideraba que se sumaba a una “incertidumbre global elevada”, mientras que los formuladores de políticas abandonaron el lenguaje de declaraciones anteriores que citaban la guerra y la pandemia de la covid-19 como contribuyentes directos al aumento de los precios y omitieron mencionar la crisis de salud mundial por primera vez desde marzo de 2020.
Ante todo esto, la gente hoy en día se pregunta qué hacer para no sucumbir a estas medidas y cómo manejar los créditos para que sus economías no se vayan al traste y al final entren a engrosar las filas de pobreza, ya que las proyecciones hablan por ahora de fuertes contracciones en el crecimiento y la producción de diversos países, mientras que las obligaciones financieras se ponen cada vez más caras y los bancos aumentan los intereses que cobran por cada uno de sus productos.
1. Pilas con las tarjetas de crédito: Un primer consejo según los expertos, es tener cuidado con el uso de las tarjetas de crédito, ya que uno de los primeros efectos de las subidas de tasas se refleja en este medio de pago. Frente a esto, hay que tener presente que no son una forma para vivir por encima de las posibilidades económicas reales, sino créditos de consumo que actualmente están bastante caros de pagar.
Solo para poner un ejemplo, actualmente la tasa de usura es del 45,27 % efectivo anual. Esto quiere decir que cada persona que saque un crédito, por ejemplo de 1 millón de pesos, deberá cancelar al año intereses de 450 mil pesos.
2. Compra de cartera: Con esta alternativa, las personas se pueden enfocar en unificar sus deudas y evitar el pago de intereses a diferentes entidades financieras. No obstante, hay que tener cuidado con la tasa de intereses que se acepta, ya que si bien tener un solo pago se traduce en un poco más de solvencia, a futuro se podría pagar más de lo deseado por la nueva obligación que se está adquiriendo.
3. Evitar nuevas deudas: De acuerdo con los expertos del mercado financiero, este no es un buen momento para sacar nuevos créditos, ya que las altas tasas de interés hacen que a largo plazo se tenga que pagar mucho más de lo que se tenía previsto y posiblemente el endeudamiento se prolongue por más tiempo del debido.
No hay que olvidar que precisamente la razón por la que se suben las tasas es para frenar el consumo y restarle poder adquisitivo a las personas y empresas, por tanto, lo ideal sería postergar la adquisición de una nueva deuda hasta que las mismas empiecen a bajar y por tanto caiga también la tasa usura.
4. Pagar primero las deudas con intereses más altos: Este consejo permitirá ganar liquidez y estar listo por si se presenta alguna novedad. Así mismo, permite destinar nuevos recursos a tareas como el ahorro y crear un fondo de emergencia. Para lograrlo, lo mejor es hacer abonos directamente a capital, consultando con los bancos cómo se puede hacer esto y evitando generalmente los débitos automáticos.
5. Entender que todo es pasajero: Las subidas de tasas de interés que generalmente se ordenan desde los bancos centrales son medidas transitorias que buscan enfriar la economía. Por esto, es bueno tener en cuenta que las mismas no son eternas y una vez empiecen a bajar datos como el de la inflación, las mismas empezarán a reversar y gracias a esto se dará un alivio al bolsillo.